LA CLAVE PARA NUESTRA BENDICIÓN
Josué
1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Muchos creen que la verdadera bendición y la felicidad esta en tener dinero, fama y cosas materiales, pero la verdadera felicidad se encuentra en la obediencia a la palabra de DIOS.
La clave para que las cosas nos salgan bien, y que nuestra vida puede ser bendecida es meditar en la palabra de Dios de día y de noche.
Meditar
viene de la palabra hebrea hagah que
traduce, murmurar, pronunciar, susurrar, decir, hablar.
Meditar
significa pensar y considerar, masticar; tener comunión en un asunto con detenimiento y cuidado.
Meditar
es hablar, pronunciar; decir la palabra
de Dios en cada momento de nuestra vida, sin importar las circunstancias que
estemos pasando.
Cada día
que pasa, de nuestra boca debe salir la palabra de Dios, que nuestros pensamientos y acciones estén hablando la palabra; para nuestra
propia vida y para las personas que nos rodean.
Es muy importante conocer la palabra de Dios y meditar en ella, para que de nuestra boca pueda salir palabra de bendición y no de maldición
Proverbios 18:21. En la lengua hay poder de vida y muerte;
quienes la aman comerán de su fruto.
Salmos
35:28 Y mi lengua hablará de tu
justicia
Y de tu alabanza todo el día.
Salmos 37:30 La boca del justo habla sabiduría,
Y su lengua habla justicia.
Meditar en la palabra de Dios es poder
reflexionar sobre lo que Dios nos dice, no para memorizarnos las cosas como una
computadora, sino para poner en práctica esa palabra.
Que la palabra de Dios sea nuestro alimento,
que podamos meditar una y otra vez para sacarle el mejor nutriente.
Si no amos la palabra no podremos meditar en
ella.
Sal 119:97 ¡Tanto amo tus
enseñanzas
que a todas horas
medito en ellas!
Sal 119:98 (98-99) Siempre están conmigo,
y me hacen aún más
sabio
que mis enemigos y mis maestros.
PROPÓSITOS DE LA MEDITACIÓN
-La obediencia a Dios.
La meditación en la palabra de Dios nos lleva a vivir de
manera que agrade a Dios.
La clave para la verdadera bendición esta en obedecer. Pues
Dios se agrada mas de la obediencia que de los sacrificios. Muchos creen que están
agradando a Dios porque hacen muchas cosas en nombre de Dios, se sacrifican y
hasta lo dan todo, pero en sus vidas falta lo mas importante la obediencia a Dios, sin obediencia no hay bendición.
1 Samuel 15:22
Samuel
respondió: «¿Qué agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios o
que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y
prestar atención, más que la grasa de carneros.
Todos en este mundo queremos ser bendecidos para poder ser
felices y disfrutar de la vida en plenitud; pero la verdadera felicidad solo la
da Cristo cuando le entregamos toda nuestra vida a El, obedeciendo su palabra y
cumpliendo su voluntad en nuestras vidas.
Apocalipsis 1:
3. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía,
y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
-Agradar
a Dios y adquirir sabiduría para poder ser prosperado
Salmos
19:14 Sean gratos los dichos de mi
boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
Jos 1:8 Recita siempre el
libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo
que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.
Meditar en la palabra nos hace dar frutos
Sal 1:2 Dios bendice
a quienes aman su
palabra
y alegres la estudian
día y noche.
Sal 1:3 Son como árboles
sembrados
junto a los arroyos:
llegado el momento,
dan mucho fruto
y no se marchitan sus hojas.
¡Todo lo que hacen les
sale bien!
La meditación en la palabra debe producir
regocijo.
Salmos
104:34 Dulce será mi meditación en él;
Yo me regocijaré en Jehová.
Meditar en la palabra es un deleite.
Salmos
1:2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
La verdadera bendición y la felicidad se encuentran en la obediencia, meditar en la palabra de Dios nos lleva a vivir una vida en victoria.