martes, 16 de julio de 2024

AMOR SIN CONDICION

 

  AMOR SIN CONDICION

                                                


Juan 13:34-35

34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

 Jesús estaba dándoles a sus discípulos su mandamiento de despedida, les dice que se amen unos a otros como Él los había amado; los amo a pesar de sus errores, de sus pecados.

 ESTE MANDAMIENTO SIGNIFICA AMOR SIN EGOISMO. Es un amor desinteresado, un amor que no busca su propia felicidad sino la del otro.

 Jesús no pensaba nunca en sí mismo. Su único deseo era darlo todo por aquellos que amaba.

1 de Corintios. 13:4-8

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni presumido ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

 AMOR SACRIFICIAL. No había límite a lo que su amor pudiera llegar a hacer o dar. Ninguna demanda era excesiva. Si el amor quería decir la Cruz, Jesús la aceptaba.

 A veces cometemos el error de pensar que el amor está para darnos la felicidad. Pero el verdadero amor nos puede traer dolor, y demanda una cruz; tener que morir a nuestro yo.

 AMOR COMPRENSIVO. Jesús había convivido con sus discípulos día tras día durante muchos meses y sabía todo de ellos, conocía sus defectos, sin embargo, los amaba. El amor verdadero ama tal como es, no pone condiciones.

 AMOR QUE PERDONA. Pedro negó al señor. Judas lo traiciono y muchos de sus apóstoles lo abandonaron en la hora más difícil, sin embargo el señor nunca les guardo rencor, los amo todo el tiempo.

Mateo 18:21-22

21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

 El cristiano debe estar dispuesto a perdonar, porque en cualquier momento seremos probados con aquellos que decimos amar.

 El amor que no ha aprendido a perdonar no puede hacer más que marchitarse y morir.

Efesios 4:32
Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo.

 Todo amor duradero ha de edificarse sobre el cimiento del perdón; porque, sin perdón, está destinado fatalmente a morir.

 El verdadero discípulo de Jesús se conoce porque ama sin condición, no anda mirando los defectos de su prójimo para saber si puede amar, lo da todo para que la otra persona pueda ser feliz.

 Jua 13:35 De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.

AMAR A NUESTROS ENEMIGOS

Que fácil es amar a quien nos hace el bien, pero que difícil es amar a quien nos a hecho daño, sin embargo Jesús nos enseña a amar a nuestros enemigos.

Mateo 5:44-45 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Usando la ilustración del sol naciente y la lluvia cayendo sobre los buenos y los malvados, Jesús muestra el amor indiscriminado de Dios por todas las personas.

Sus discípulos, por lo tanto, deben reflejar su carácter y mostrar este mismo amor sin distinción por amigos y enemigos. Jesús nos está enseñando que debemos vivir según un estándar más alto que el que espera el mundo, un estándar que es imposible para nosotros alcanzar por nuestros propios esfuerzos. Sólo a través del poder del Espíritu de Dios es que su pueblo puede realmente amar y orar por aquellos que intentan hacerles daño 

Romanos 12:14. 14Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. 15Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. 16Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario