martes, 16 de julio de 2024

UNA BUENA CONCIENCIA

 

UNA BUENA CONCIENCIA

                                                


Hch 23:1  Pablo miró a todos los de la Junta Suprema, y les dijo:

—Amigos israelitas, yo tengo la conciencia tranquila, porque hasta ahora he obedecido a Dios en todo.

 

La conciencia es la facultad del ser humano para elaborar juicios personales de carácter moral y ético sobre lo que está bien o mal, con relación a uno mismo y a los demás. Es, pues, el conocimiento interno del bien y del mal. Conocimiento reflexivo de las cosas. Es la actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto o persona.

La conciencia es testigo, fiscal y juez de nuestros actos y de nuestros motivos. Nos orienta al tomar decisiones y nos indica si el camino que pensamos seguir es bueno o no. Si decidimos acertadamente, nos premia haciéndonos sentir bien; si no, nos castiga con remordimientos.

El cristiano que ha sido regenerado, debe tener una conciencia guiada por el Espíritu Santo de Dios. El aposto Pablo podía acercarse y tener intimidad con Dios, pues su conciencia no le reprendida. Toda su conducta se regía por su conciencia, y no hacía nada que su conciencia reprobara, ni permitía que permaneciera en el algo que su conciencia rechazara. Por lo tanto, tenía confianza para estar en pie ante Dios y ante los hombres.  Su conciencia no lo juzgaba, pues siempre obedecía a Dios.

 

Hch 24:16  Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.

Si no obedecemos sus mandamientos ni hacemos lo que a él le agrada, nuestros corazones serán reprendidos, habrá pecado en nuestra conciencia y tenderemos a alejarnos de Dios, además no podremos recibir lo que le estamos pidiendo a Dios.


La regla primordial en la vida de Pablo era tener una limpia conciencia, esto era lo que lo llevaba a poder servirle a Dios y obtener muchas victorias en su vida.

Vivir con rectitud ante el señor solo se logra escuchando las enseñanzas de la conciencia, lo cual produce paz y justicia. Esto era lo que Pablo practicaba.

La conciencia de Pablo estaba libre de ofensas ante Dios y ante los hombres porque siempre obedecía lo que Dios le mandaba.

Hch 24:12  La gente que me acusa no me encontró discutiendo con nadie, ni alborotando a la gente en el templo, ni en la sinagoga, ni en ninguna otra parte de la ciudad.

Hch 24:13  Ellos no pueden probar que sea verdad todo lo que se dice de mí.

 

Hch 24:14  »Una cosa sí es cierta: Yo estoy al servicio del Dios de mis antepasados, y soy cristiano. Ellos dicen que seguir a Jesús es malo, pero yo creo que estoy obedeciendo todo lo que está escrito en la Biblia.

Hch 24:15  Yo creo que Dios hará que los muertos vuelvan a vivir, no importa que hayan sido buenos o malos. Y también los que me acusan creen lo mismo.

Hch 24:16  Por eso siempre trato de obedecer a Dios y de estar en paz con los demás; así que no tengo nada de qué preocuparme.


La conciencia limpia de Pablo era la única fuente de paz, consuelo y gozo, para probar su integrad. Otros podrían acusarlo falsamente de pecados atroces, pero la conciencia de Pablo no lo acusaba, lo exoneraba de las acusaciones y lo protegía de la culpa falsa.

Los falsos apóstoles habían lanzado un ataque sobre tres asuntos distintos de la credibilidad de Pablo

En el ámbito moral lo acusaban de ser un pecador malvado, y que su sufrimiento era un castigo divino por sus pecados.

En el plano de las relaciones lo acusaban de no ser sincero, de engañar y de manipular, y también lo acusaban de tergiversar la palabra, de ser un mentiroso y un falso maestro.

Lo único que hace Pablo para defenderse es apelar a su conciencia, para anular los falsos veredictos de los mensajeros de satanás. Su conciencia lo exoneraba de las malas prácticas de que lo acusaban.

 

SOLO UNA LIMPIA CONCIENCIA NOS PERMITE SERVIR A DIOS.

Como hijos de Dios hemos lavado nuestra conciencia con la sangre de Cristo para poder servirle con amor y pasión, sin importar las acusaciones que el enemigo nos quiera colocar.

2Ti 1:3  Doy gracias a Dios, a quien sirvo con limpia conciencia como lo hicieron mis antepasados, de que sin cesar, noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones,

 

COMO VIVIR LIBRES DE PECADOS Y OFENSAS

Solo hay que obedecer a nuestra conciencia, porque ella siempre nos dice que es lo que está mal y lo que está bien. Con la ayuda del Espíritu Santo que nos habla y nos enseña a cumplir su palabra.

Aquellos que tienen una conciencia cauterizada llena de pecado, que vive conforma a los deseos de la carne no pueden obedecer la palabra

1Ti 4:1  Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;

1Ti 4:2  por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,

1Ti 4:2  Harán caso a gente hipócrita y mentirosa, cuya conciencia está marcada con el hierro de sus malas acciones.

Nuestra conciencia únicamente da testimonio de la palabra de Dios cuando la escuchamos, ella siempre nos conduce a Dios.

La palabra es el campo de entrenamiento de la conciencia A través del entrenamiento, sabemos entonces, como acercarnos al señor, como transitar su camino y como aprender a agradarle.

Todos tenemos la capacidad para decidir andar por los caminos del señor o dejar cauterizar nuestra conciencia

DEBEMOS MANTENER UNA CONCIENCIA PURA

Nuestra conciencia fue creada para conducirnos al Espíritu Santo. Sin ella nuestra vida carece de todo sentido, sin ella no podemos ser guiados por el Espíritu Santo. Su función es ayudarnos a permanecer puros ante el señor. 

Cuando nuestra conciencia nos dice que somos culpables de un asunto determinado, no podemos esperar tener una conciencia limpia ante el señor ni esperar sus bendiciones ni su guía. Debemos arrepentirnos para que puedan venir las bendiciones.

Pablo instruyo a los diáconos para que guardaran el ministerio de a fe con limpia conciencia

1Ti 3:8  Asimismo, los diáconos deben ser hombres respetables,[f] que nunca falten a su palabra ni sean dados a emborracharse ni a desear ganancias mal habidas.

1Ti 3:9  Deben apegarse a la verdad revelada[g] en la cual creemos, y vivir con conciencia limpia.

Solo la sangre de Cristo puede limpiar nuestras conciencias. Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro señor y salvador y vivimos conforme a su palabra nuestra conciencia se purifica por la sangre de cristo, desde ese momento comenzamos a vivir siendo guiados por el Espíritu Santo y guiados por nuestra conciencia.

Heb 9:14  ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario