lunes, 17 de noviembre de 2025

SOMOS LO QUE PENSAMOS

 

SOMOS LO QUE PENSAMOS

                                                                  


Filipenses 4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Poverbios 23. 7. Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.

La mente humana está formada por una parte consciente y otra subconsciente.

La información pasa de nuestro consciente al subconsciente, donde se almacena la información que va a determinar  mis comportamientos.

Como el subconsciente  jamás descansa,  lo que más almacenamos es lo determinara nuestra vida.

Si queremos cambiar nuestros comportamientos y nuestra vida, debemos tener cuidado sobre la clase de información que mi consciente  le está suministrando a mi subconsciente.

Debemos tener mucho cuidado con la clase de pensamientos que ocupan nuestra mente, si nuestros pensamientos son positivos  nuestra vida será mejor.

Si nuestros pensamientos  son negativos nuestra vida será una vida de derrota, fracaso y desilusión.

Nuestros pensamientos son la semilla que dará frutos buenos o malos para nuestra vida.

Nuestros pensamientos producen las emociones  o sentimientos que albergamos. Los sentimientos  producen las decisiones que llevan a nuestras acciones  o conductas. Nuestra conducta produce las situaciones que vivimos.

En la biblia encontramos ejemplos de hombres que sus pensamientos los llevaron a ser personas fracasadas.

En Números  13 y 14 encontramos la historia de los 12 príncipes que subieron a recorrer la tierra de Canaán se dejaron llevar por lo que veían y no actuaron de acuerdo a lo que Dios tenía para ellos. Solo Josué y Caleb y pudieron pensar de una manera diferente y alcanzaron bendición.

Números 13. 27  Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. 28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. 29 Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán.

30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. 31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.

Los pensamientos negativos de los espían que fueron a recorrer la tierra hicieron que el pueblo tomara una actitud de queja hacia Dios.

Lo que ellos hablaron fue lo que se hizo realidad en sus vidas, por que son nuestros pensamientos los que determinan nuestro futuro.

Números 14.28 Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 29 En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. 30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. 

En esta vida no podemos ignorar la realidad que vemos a diario pero es nuestra manera de pensar la que nos llevara a ser personas de éxito o de fracaso.

COMO CAMBIAR MI MANERA DE PENSAR?

-Sometiendo mis pensamientos a Cristo

2 a corintios 10:5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

-Debemos renovar nuestros pensamientos despojándonos del viejo hombre lleno de pecado.

Efesios 4:22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

-Deja que el espíritu Santo gobierne tú vida, que de tu mente solo salga lo que es bueno y agrada a Dios.

Filipenses 4:8 Finalmente, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado.

Practiquen todas las enseñanzas que les he dado, hagan todo lo que me vieron hacer y me oyeron decir, y Dios, que nos da su paz, estará con ustedes siempre.

 Una vida feliz  y llena de bendición, dependerán en gran parte de la clase de pensamientos que almacenamos en nuestra mente.

Pensamientos positivos nos impulsan a seguir y alcanzar lo que deseamos, no permita que su mente se llene de pensamientos de ira, odio, celos, fracaso, miedo, culpa, avaricia, pasiones desordenadas, porque estos pensamientos nos llevaran al fracaso.

La  vida que estoy viviendo es producto de la clase de pensamientos que he almacenado en mi mente.

Si dices conocer a Cristo y tu vida no es feliz y bendecida es hora de tomar decisiones.

-Deja  de pensar en lo que los demás hacen, dicen o creen de ti, elije  pensar en las verdades eternas que Cristo dice de ti.

-Hoy pienso que con Cristo lo tengo todo, que nunca me faltara nada, que nunca estaré solo, que él me dará lo que necesito.

-No me dejare engañar más por el enemigo que me viene a acusar con mi pasado y con las cosas que aun hago mal, creo que soy semejanza de Cristo y que mi pasado fue perdonado y está olvidado.

-Pídele a Dios que te ayude a quitar todo pensamiento negativo y engañoso lleno de odio tristeza y dolor;  pensamientos que te llevan al pecado y a seguir los deseos que el mundo quiere imponer.

 

Sal 23:6  Estoy completamente seguro

de que tu bondad y tu amor

me acompañarán mientras yo viva,

y de que para siempre

viviré donde tú vives.

Dios siempre quiere lo mejor para sus hijos, pero nuestros pensamientos y nuestra actitud nos llevan a tomar decisiones equivocadas de acuerdo a los deseos engañosos que gobiernan el mundo.

Jeremias. 29.11 Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el Señor, “planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza.

 

 

 

 

 

 

sábado, 15 de noviembre de 2025

EL BAUTIZO EN AGUA

 

EL BAUTIZO EN AGUA


 

 

UN ACTO DE FE

 Antes que el Señor Jesús ascienda al cielo, Él dio a sus discípulos la Gran Comisión:

"Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." (Mateo 28:19-20)

Fue el deseo del Señor que, como Sus siervos, fuéramos por todo el mundo con el evangelio, bautizando a aquellos que hubieran recibido el mensaje. El Bautismo es una ordenanza instituida por el Señor mismo
.

Por lo tanto es necesario entender que el bautismo en agua subsiguiente a la fe debe de entenderse no como una obra hacia la salvación sino como una obra (la primera) ‘fruto’ de la fe.  Es decir, todo aquel que ha sido salvo por medio de la fe, da el paso al bautismo ‘exteriorizando’ de esta forma lo que ha confesado creer. 

Si entendemos que para que haya salvación las personas deben de reconocer la suciedad de su pecado y arrepentirse de ellos y creer que la Sangre de Cristo limpia de todo pecado, entonces al recibir el bautismo en agua están ‘simbolizando’ ese lavamiento que hace solamente la sangre de Cristo la cual nos limpia de todo pecado.   

El agua natural, no tiene poder alguno para lavar pecados, sino que la fe del individuo es la que obra para perdón de pecados.  Cuando alguien obedece al mandamiento de ser bautizado como lo hizo Pablo mismo: Hechos 22

El bautismo por consiguiente, tiene como objetivo demostrar que uno ha entendido que está sucio y necesita limpieza.  El verdadero convertido primeramente ha reconocido su condición de pecado y se arrepiente de ellos. 

No puede haber salvación sin primeramente reconocerse como pecador.  Una vez esto ocurre, se necesita creer en Cristo para salvación y el acto del bautismo es una demostración de que si ha habido un lavamiento en el alma el cual puede ser y es obrado únicamente por el Espíritu Santo. 

El bautismo Cristiano en agua es un pacto de lealtad y de fidelidad que hacemos con Dios, basado en el Sacrificio de Cristo, mediante el cual nos comprometemos a cambiar el gobierno de nuestras vidas, renunciando a vivir en el reino de las tinieblas bajo el señorío de Satanás, para trasladarnos al Reino de la Luz, sometidos al Señorío de Cristo, y a hacer realidad en nuestras vidas las palabras de Pablo:  (Gálatas 2:20).

Gálatas 2:20  Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

 El bautismo, públicamente y de manera simbólica, expresa mi determinación de "cambio de gobierno" pasando del Reino de las tinieblas al Reino de la Luz. (Efesios 2:1-5).

 (Colosenses 1:13-14) El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

Col 1:14  en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

En todo pacto hay una simbología con su respectivo significado. Un símbolo es algo externo y visible que hace referencia a otra cosa que no es posible detectar a través de los sentidos.

Ejemplo: El arco iris, señal de la promesa Divina de nunca más enviar un diluvio para exterminar a los seres humanos.

El agua en el bautismo es el símbolo externo y visible, de algo invisible: de nuestra conversión y del anhelo de mantener limpio de pecado nuestro corazón. (1Pedro 3:20-21).

El agua del diluvio es símbolo de juicio; puesto que trajo muerte y condenación. Pero también es símbolo de salvación: Al igual que Noé, el creyente pasa ileso por las aguas del juicio.(1Corintios 10:1-2)

1Co 10:1  Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;

1Co 10:2  y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,

El agua del bautismo es símbolo de la limpieza de nuestro corazón por la sangre de Cristo.

¿CÓMO SE PRACTICA EL BAUTISMO CRISTIANO?

1. El método del bautismo: inmersión

Hay tres buenas razones por las cuales el bautismo debe practicarse por inmersión, es decir, sumergiendo a la persona momentáneamente en agua. Estas razones son:

 

(1) El significado de la palabra “bautismo”: El Espíritu Santo escogió una palabra griega "baptizo" que significa “hundir”, “sumergir”, “zambullir” o “teñir”.

 

(2) Su significado simbólico: El bautismo cristiano representa nuestra identificación con Cristo en su muerte, sepultura y resurrección. El bajar a las aguas, ser sumergido y luego salir de las aguas ilustra bien estos hechos. También es un buen “drama” de la muerte y sepultura de nuestra vieja vida y el comienzo de la nueva vida.

 

(3) Ejemplos bíblicos: Las Escrituras nos muestran el bautismo practicado por

Inmersión. Por ejemplo, la experiencia del etíope (Hechos 8:38, 39):

Hechos 8:38. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.

Los bautismos se hacían “en” agua y no “con” agua. Juan, por ejemplo, bautizaba “en” el río Jordán (Marcos 1:5).


Mar 1:5  Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran

Bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.


 Los ejemplos bíblicos nos hacen pensar en un bautismo por inmersión en lugares de “muchas aguas”

Juan 3:23. Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.

¿DÓNDE SE DEBE BAUTIZAR?

La Palabra de Dios no nos señala un lugar específico dónde debemos bautizar. Por tanto, tenemos libertad de bautizar en cualquier lugar adecuado, donde haya suficiente agua. Puede ser un tanque, un río, el mar.

 

El apóstol Pablo, aunque era un judío, no fue bautizado ni en Jerusalén, ni en el río Jordán. Fue bautizado en Damasco, capital de una nación gentil (Hechos 9:18). El carcelero fue bautizado en Filopos, siendo aún de noche, Hechos:16:33.


¿QUÉ ROPA SE DEBE USAR DURANTE EL BAUTISMO?

Las Escrituras guardan silencio al respecto. Dado que el bautismo es un acto simbólico que no tiene poder para cambiar a una persona. Insistir  en una ropa especial es algo que entra en un segundo plano. Quizá lo único que podemos decir es que sea “ropa decorosa, con pudor y modestia” (1 Timoteo 2:9), no sólo en la mujer sino también en el hombre.

 ¿QUÉ PASA DESPUÉS DEL BAUTISMO?

Después de su conversión, estos primeros cristianos demostraron públicamente su entrega a Cristo con su bautismo. Pero ¡allí no terminó su experiencia! Se nos dice que estos creyentes perseveraban.

 Hechos 2:41, 42.   Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

 

Sin duda estos creyentes tenían sus problemas, tentaciones y frustraciones, pero seguían firmes y fieles al Señor.

Notamos que estos nuevos creyentes perseveraban en cuatro cosas:

 

(1) La doctrina de los apóstoles: Buscaban aprender y practicar la Palabra de Dios.

Después de tu bautismo hay mucho que aprender. No te dejes engañar por Satanás pensando que ya sabes suficiente y no necesitas más del estudio de la Palabra.

(2) La comunión unos con otros: Estos creyentes buscaban activamente relacionarse entre sí. Se reunían, se estimulaban a amar a Dios y a los demás, hacían buenas obras juntos, se preocupaban los unos por los otros. Todo creyente bautizado debe formar parte activa de una asamblea o iglesia local.

Hebreos 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

 

(3) El partimiento del pan: La Cena del Señor es la única reunión o celebración que el Señor Jesús pidió explícitamente. En ella adoramos al Señor por su maravilloso sacrificio por nosotros y anticipamos su pronto regreso.

La invitación de Jesucristo mismo a todo creyente que le ama es: “Haced esto en memoria de mí” (1 Corintios 11:24, 25). ¿Estás respondiendo a esta hermosa invitación? Es muy importante que perseveres en esto.

 

(4) Las oraciones: El tiempo de oración personal es indispensable para todo creyente. Sin embargo, también notamos que los creyentes en el Nuevo Testamento practicaban y perseveraban en la oración colectiva (Hechos 1:14). Juntos buscaban los recursos de Dios para enfrentar los ataques del enemigo.

 

Hch 1:14  Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.

 

 ¿QUIÉN DEBE TOMAR LA INICIATIVA EN CUANTO AL BAUTISMO?

¿DEBO PEDIR QUE ME BAUTICEN, O DEBO ESPERAR QUE ALGUIEN VENGA Y ME MOTIVE?

En Mateo 28:19 el deber recae sobre el que predica el evangelio. Somos llamados tanto a hacer discípulos como a bautizar. ¿Entiendes esto? Si compartes tu fe en Cristo con otro, pero no promueves el bautismo cristiano, tu evangelismo es incompleto.

 

Nuestro llamado del Señor es a evangelizar (hacer discípulos), a bautizarles y edificarles (enseñarles). Debemos promover activamente el bautismo.

 

Por otra parte, el nuevo creyente también tiene la responsabilidad de buscar ser bautizado.

 

Si leemos con cuidado el encuentro entre Felipe y el etíope en Hechos 8, 12 notamos que el etíope es el que toma la iniciativa de pedir el bautismo. Primero Felipe le explica el evangelio Hechos 8: 35.

Lo cual incluyó, sin duda, alguna enseñanza sobre el bautismo, porque al terminar el etíope pregunta ¿Qué impide que yo sea bautizado?

¿Te has hecho esta misma pregunta?

 

No debes esperar que alguien te anime a que te bautices. Si amas al Señor, la responsabilidad es tuya. Toma la iniciativa. Comparte tu deseo de bautizarte con la persona que te anunció el evangelio o con algún hermano de confianza en la iglesia local.

 

Sencillamente pregúntale “¿Qué impide que yo sea bautizado?”. La responsabilidad de obedecer al Señor en el paso del bautismo es tuya.

 

¿UNA PERSONA SE TIENE QUE BAUTIZAR PARA SER SALVA?

No. La Biblia enseña claramente que la salvación es “por gracia, mediante la fe; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8-9) 

El ladrón crucificado al lado de Jesús se arrepintió y puso su fe en Jesús.  Por esta fe, el Señor le aseguró de que estaría con él en el paraíso ese mismo día.  Nunca se bautizó.  Nunca asistió a un culto.  La salvación no se gana.  ¡Se recibe!  El bautismo no es una forma de ganar la salvación.  Antes bien, sirve como una expresión pública de una fe privada.  Es una declaración inolvidable para todo el mundo - ¡Yo pertenezco a Jesús!

¿ME BAUTIZO O NO ME BAUTIZO?

Ahora que has estudiado seriamente el tema del bautismo cristiano, el Señor espera una respuesta de tu parte. No es un ser humano el que te pide actuar, es el Señor mismo, el que te compró con su sangre, el que te salvó, el que te libró de la ira venidera.

 

La obediencia requiere sacrificio, pero siempre trae gozo.

Después de su bautismo, leemos que el etíope “siguió gozoso su camino” (Hechos 8:39).

 

Si tu amas al señor debes ser obediente a la palabra y mandarte bautizar, así demostraras que en verdad lo sigues. Juan 14:21:


¿QUÉ INSTRUCCIONES DEJÓ EL SEÑOR JESÚS

EN CUANTO AL BAUTISMO?

Después de su muerte y resurrección, momentos antes de partir de este mundo, el

Señor Jesucristo dio a sus discípulos instrucciones sobre el bautismo. “Jesús se acercó y les habló diciendo: Mateo 28:18-20. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Las instrucciones del Señor son mandamientos y no sugerencias, y llevan consigo la autoridad

 

EL BAUTISMO ES SÓLO PARA CREYENTES

El Señor Jesús comienza diciéndoles que deben hacer discípulos, es decir, “que se predicase en su nombre (el nombre de Cristo) el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones.” (Lucas 24:47). Toda otra enseñanza debe considerarse secundaria al mensaje de la salvación. Primero tiene que venir la conversión.

Con el nuevo nacimiento empieza una nueva vida. La Palabra de Dios contiene muchas instrucciones sobre cómo vivir esta nueva vida. Una de ellas es el bautismo. Por lo tanto, NO se debe bautizar a una persona antes de la conversión. El bautismo cristiano es sólo para los discípulos de Jesucristo.(para aquellos que quieren seguirle verdaderamente)

Los cristianos en el Nuevo Testamento entendían esto y por eso sólo bautizaban a los que creían. “Así que los que recibieron su Palabra fueron bautizados”

 

(Hechos 2:41). Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.


Felipe predicó en Samaria, y “cuándo creían... se bautizaban hombres y mujeres” Hechos 8:12Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.

 

Luego evangelizó al etíope, a quien, después de creer, también bautizó

(Hechos 8:36-39).

 

Ananías bautizó a Saulo después de convertirse (Hechos 9:17, 18). Pedro mandó a bautizar al primer grupo de gentiles después de que se convirtieron en cristianos (Hechos 10:46-48).

 

Leemos que “muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados”

 

(Hechos 18:8). Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.

¿SE DEBE BAUTIZAR A LOS BEBES?

La Biblia es abundantemente clara sobre lo que es el bautismo, para qué es, y cuál es su propósito. En la Biblia, solo los creyentes que habían puesto su fe en Jesucristo eran bautizados – como un testimonio público de su fe, e identificación con Él. ( Romanos 6:3-4).

 Hechos 2:38  Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 

El bautismo mediante la inmersión en agua, es un paso de obediencia subsiguiente a la fe en Cristo. Es la proclamación de esa fe en Jesucristo, una declaración de sumisión a Él, y una identificación con Su muerte, sepultura, y resurrección.



En base a lo anterior, el bautismo infantil no es una práctica bíblica. Un niño no puede poner su fe en Cristo. Un bebe no puede hacer una decisión consciente de obedecer a Cristo. Un infante no puede entender lo que simboliza el bautismo en agua. La Biblia no registra a ningún infante siendo bautizado.
El bautismo no salva a una persona. No importa si fuiste bautizado por inmersión, si vertieron agua o te rociaron con ella – si tú no confías primeramente en Cristo para salvación, el bautismo (sin importar el método) es inútil y sin significado alguno.

 

El bautismo en agua por inmersión es un paso de obediencia que debe ser hecho después de recibir la palabra, como una confesión pública de la fe en Jesucristo y la identificación con Él. El bautismo infantil no tiene cabida en la definición bíblica del bautismo o en el método bíblico del mismo.

 

ENTONCES, ¿QUÉ HAGO CON MI NUEVO BEBÉ?

Notamos que María y José presentaron al niño Jesús en el templo conforme a la ley de Moisés (Lucas 2:22). Muchos años después leemos de aquellos que trajeron sus niños al Señor Jesucristo para que Él pusiera sus manos encima y orase por ellos.

 

(Mateo 19:13)  Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron.


Como iglesia local podemos pedir la bendición de Dios sobre el bebé, y sabiduría para los padres, con el fin de que puedan instruir al niño en los caminos del Señor. Cuando el niño crezca, él mismo podrá tomar una decisión responsable y voluntaria.

¿QUÉ LES SUCEDE A LOS BEBÉS O NIÑOS QUE MUEREN? ¿VAN AL CIELO O AL INFIERNO?

Como antecedente tenemos que recordar que todos son culpables delante de Dios debido al pecado que heredamos de Adán (Romanos 5:12; 1ª Corintios 15:21-22). De hecho, no existe ninguna persona justa (Romanos 3:10-11); por cuando todos hemos pecado (Romanos 3:23). Por lo tanto, cada uno es culpable delante del Dios santo, justo sin importar cuán joven o cuán viejo es. Aún más, creer es un requisito necesario para la salvación (Juan 3:18-19; Hechos 16:31).

Debido a que la Biblia no dice explícitamente hacia dónde van los niños cuando mueren en la infancia, parece implícito que van al cielo pues el mismo señor lo habla en: (Mateo 19:14)

1.            Debido a que Dios es justo, Él permitiría a estos niños ir al cielo. Pero solo hasta cuando tengan uso de razón. Distinguiendo el bien del mal que es cuando se activa la maldición adámica 

 

2.            En el antiguo testamento Tal vez el único pasaje en la Escritura que explícitamente habla acerca de dónde van los bebés que mueren en la infancia es 2º Samuel 12.

En el contexto de este pasaje, David comete adulterio con Betsabé. El profeta Natán enfrenta con valentía a David acerca de su adulterio y le dice que el niño que Betsabé ha concebido morirá. Como resultado de esta confrontación, David confiesa su pecado y pasa la noche acostado en tierra, sin comer pan y llorando. Al séptimo día, cuando se entera de la muerte del niño, deja de llorar y ayunar y se cambia de ropas. Sus siervos le preguntan que por qué ha hecho esto y David responde: “Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Más ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.” (2º Samuel 12:22-23).

2Sa 12:23  Más ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.

 

El texto parece implicar que el niño fue al cielo ya que David dice: “Yo voy a él, mas él no volverá a mí.”, y en otros lugares de la Escritura se indica que David fue al cielo (Sal 16:10-11; Heb. 11:32).

 

EL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR

Muchos nos hemos preguntado si es necesario ser bautizado para participar de la Cena del Señor. Para dar una respuesta, primero comparemos estos dos actos simbólicos. Son dos cosas distintas:

  El bautismo es un testimonio visible de la conversión

 La Cena del Señor es un memorial de la muerte del Señor.

El bautismo se refiere a mí, mientras que la Cena se refiere a Él.

 

El bautismo es una responsabilidad personal, la Cena es un privilegio colectivo entre creyentes. El bautismo es “una sola vez”, la Cena del Señor es una celebración permanente “hasta que Él venga”. Tienen en común, que tanto el bautismo como la Cena fueron instituidos por el Señor Jesucristo. Lo normal es que todo creyente participe de los dos (Mateo 28:19 y 1 Corintios 11:23-30).


En la Biblia no encontramos un versículo que prohíba que alguien participe de la Cena sin haberse bautizado; sin embargo, lo normal es que el cristiano participe de la Cena del Señor después de haberse bautizado. Creemos que esto es cierto por las siguientes razones:

(1) Este orden es lógico: Primero, el bautismo para demostrar públicamente que si es creyente, luego la Cena para expresar nuestra gratitud al Señor junto con otros hermanos.

¿Debo Ser Bautizado?

(2) Ejemplos bíblicos: Después del nacimiento de la Iglesia en el día de Pentecostés, notamos que todo creyente era bautizado enseguida o poco después de su conversión. Por lo tanto, es de esperar que todo creyente que se unía a los apóstoles y a los demás hermanos para celebrar la Cena del Señor, ya era bautizado con el bautismo cristiano (Hechos 2:41, 42).

(3) Observación pastoral: Si un creyente no quiere obedecer al Señor con el bautismo cristiano pero sí quiere participar de la Cena, se le debe preguntar: ¿Por qué no te has bautizado? Si “algo” le impide el bautismo, ese mismo “algo” probablemente también le impide participar a la Cena del Señor.

 Ese “algo”, puede ser rebeldía y falta de sujeción a la Palabra, o desobediencia al mandamiento, o simplemente poco amor por el Señor Jesucristo.