FE PARA SALVACIÓN |
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La fe salvadora consiste especialmente en confiar que Cristo es nuestro Salvador, y única justicia con Dios. Una de las evidencias más grandes del arrepentimiento genuino es que no solo nos estamos alejando del pecado, sino también de confiar en nuestras propias virtudes, méritos u obras para ganarnos el derecho de estar delante de Dios. Nos damos cuenta de que toda nuestra supuesta justicia personal y buenas obras son como trapos de inmundicia (Is. 64:6), y las rechazamos firmemente como medios de salvación. Sabemos que si estamos reconciliados con Dios, no será como resultado de nuestras obras hacia Él, sino como resultado de Su gran obra hacia nosotros a través de Jesucristo. Estamos incondicionalmente de acuerdo con los siguientes versículos bíblicos: “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”, Gálatas 2:16 (RVR60). “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia”, Romanos 4:4-5 (RVR60). “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”, Efesios 2:8-9 (RVR60).
La repuesta está en Romanos 10:17. "La fe viene por el oír, y el oír la
Palabra de Dios. “Por lo tanto, si un hombre no tiene fe en
Dios, debería leer la Biblia. Al leerla, podría orar de alguna manera como
sigue: "Dios, si este Libro es tu Palabra, si Jesucristo es tu Hijo, y
si Él murió por mí, entonces muéstrame estas cosas mientras leo la
Biblia". Dios ha prometido que todo aquel que desee
hacer su voluntad vendrá al conocimiento de la verdad (Juan 7:17). La fe debe ser puesta en un objeto digno de
confianza. Puedes creer que un avión puede llevarte de una ciudad a otra.
Puedes creer que el avión volará. Puedes creer que el piloto sabe cómo volar
el avión y que te llevará donde quieras ir. Puedes creer incluso que el viaje
será para disfrutarlo. La única cosa que debes hacer es tomar asiento en el
avión. Sólo entonces puedes ejercer tu fe. Más allá del punto de que hayas
hablado de eso; podrás contarle a otros de tu experiencia; para entonces habrás
proclamado que lo crees. Pero hasta que no estés a bordo no habrás ejercitado
tu fe. La fe verdadera demanda acción. : (Santiago 2:17-18). Stg 2:17 Así también la fe, si no
tiene obras, es muerta en sí misma.
La Biblia establece al Señor Jesucristo como
el verdadero objeto de fe (Hechos 20:21). El hecho más importante no es cuánta fe tiene un
hombre, o qué clase de fe él profesa, es si quiere ser salvo. El objeto de su fe debe ser Jesucristo. Si su
fe está en un “santo”, un ídolo, una iglesia, una religión, buenas obras o un
bautismo. La Biblia deja en claro que no tiene salvación bíblica. De todos modos, un hombre puede creer todo lo
que la Biblia dice sobre Cristo y aún no tener a Cristo por la fe en él. Tú
puedes creer que cierto tren partirá de la estación a las 11.00 de la mañana
y que arribará a la otra ciudad a las 5.00 de la tarde. Tú puedes creer todos
los aspectos acerca del tren; y aun así no abordar el tren. Solo hasta que
estés a bordo tu fe te llevara al destino que tiene el tren. Mat
15:28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sana desde aquella hora.
Recuerda, la fe debe tener tres cosas: conocimiento, creencia y
confianza. Jesucristo nos ha rescatado, de la ley del pecado, de la muerte, y del diablo, y llevado a la gratuita dádiva de la gracia, justicia, salvación y vida eterna. Esta promesa solo es para los que han creído en Jesucristo, quien es la bendita simiente, quien ha redimido a todos los creyentes de la maldición. |