jueves, 15 de abril de 2021

EL PROPOSITO DEL EVANGELIO

 

EL PROPOSITO DEL EVANGELIO



1Ti 1:1  Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, el Señor Jesucristo, nuestra esperanza,

1Ti 1:2  a (a) Timoteo , verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz de parte de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor.

1Ti 1:3  Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando partí para Macedonia, para que mandases a algunos que no (a) enseñen (b) otra doctrina,

1Ti 1:4  ni presten atención a (a) fábulas y genealogías interminables, que engendran (b) especulaciones más bien que la (c) edificación de Dios que es por la fe; así te encargo ahora.

1Ti 1:5  Pues el fin del (a) mandamiento es el (b) amor nacido de un (c) corazón puro, y de una buena conciencia y de una fe no fingida;

1Ti 1:6  de lo cual desviándose algunos, (a) se apartaron a vana palabrería;

 

El propósito de llegar a conocer a Cristo es, conocer su palabra, practicarla y compartirla; no es el de aprender reglas y mandamientos, para ser personas que nos  creemos  mejor  que  los  demás, con derecho a juzgar y criticar.

El verdadero propósito del evangelio es que por medio del Espíritu Santo, podamos producir  frutos, y el más importante, el amor.

Así como el padre nos demostró amor, nosotros también debemos amar, ese es el  verdadero sentido y propósito  del evangelio.

Jua 3:16  Porque de tal manera (a) amó (b) Dios al mundo que ha dado a su Hijo (c) Unigénito , para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.

1Jn 4:7  Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.

1Jn 4:8  El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor.

1Jn 4:9  Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él.

1Jn 4:10  En esto está el amor: no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.

1Jn 4:11  Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos mutuamente.

Dios es amor; si somos su iglesia, el propósito del evangelio  y de llegar a conocerle, no es hacer bien, o hace mal, es llegar a amarle con todo el corazón y amarnos unos a otros, este es el más grande mandamiento, antes de empezar a cumplir reglas.

Mar 12:30  (a) Amarás , pues, al Señor tu Dios con todo tu (b) corazón , y con toda tu alma, y con toda tu (c) mente y con todas tus (d) fuerzas ; éste es el principal mandamiento.

Mar 12:31  Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

Si amamos a Dios con todo el corazón, le obedeceremos, pues demostramos que amamos a Cristo,  cuando obedecemos sus mandamientos.

Sal 40:8  en (a) hacer tu voluntad, Dios mío, me deleito, y tu ley está dentro de mí.

Jua 14:21  El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré y me (a) manifestaré a él.

El propósito de llegar a conocer a Cristo es que podamos amarnos unos a otros, con un corazón puro, sin hipocresía.

1Jn 4:19  Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero.

1Jn 4:20  Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.

1Jn 4:21  Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.


 Todo lo que hacemos debe ser  hecho con amor, es ahí donde demostramos que  realmente amamos a Dios, de lo contrario lo único que hay en nosotros es religiosidad. El religioso solo ama a quien piensa y actúa como él.

1Co 16:14  Hagan todo con amor.

SIN AMOR NO SOMOS NADA

Podemos tener dones y tales, pero si lo que hacemos no lo hacemos con amor,  no somos nada.

1Co 13:1  Yo voy a mostraros un camino mucho mejor.

Si hablo las lenguas[a] de los hombres, y aun las de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que retiñe.

1Co 13:2  Y si tengo el don de profecía, y entiendo los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas; y si tengo la fe necesaria para mover montañas,[b] pero no tengo amor, no soy nada.

 

Podemos hacer muchas cosas para Dios,  ayudar al necesitado,  trabajar para que en el hogar no falte nada, servir en la obra, pero si no lo hacemos con amor de nada nos sirve.

1Co 13:3  Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás.

 1Co 13:4  El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable.

El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie.

No es orgulloso.

 1Co 13:5  No es grosero ni egoísta.

No se enoja por cualquier cosa.

No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.

El verdadero propósito del evangelio no es que seamos más religiosos, es que podamos amar a Dios y a nuestro prójimo,  sin esperar nada a cambio.

COMO PUEDO AMAR

Podemos llegar a mar,  cuando tenemos un corazón limpio, un corazón que se sujeta a la palabra,  que no tiene hipocresía, de buena conciencia, que no se deja llevar por la ira, el enojo y la envidia.  Personas que tal vez no son perfectas,  que cometen muchos errores, pero tienen la capacidad de arrepentirse y de estar a cuentas con Dios.

1Ti 1:5  Te pido que les enseñes a amar de verdad. Sólo los que tienen la conciencia tranquila, y confían sinceramente en Dios, pueden amar así.

CON BUENA CONCIENCIA Y FE NO FINGIDA PODREMOS AMAR

Una vida sin hipocresía, viviendo el evangelio de una forma sincera, teniendo   una conciencia tranquila, que no nos acusa de que estamos viviendo de una forma que desagrada a Dios;  una conciencia que puede arrepentirse, cuando sabe que ha cometido una falta, es así como podremos amar.

Si nuestra conciencia nos reprende, debemos tener el hábito de arrepentirnos, y de pedirle a Dios que nos perdone.

1Co 13:13  Hay tres cosas que son permanentes: la confianza en Dios, la seguridad de que él cumplirá sus promesas, y el amor. De estas tres cosas, la más importante es el amor.

 

La verdadera fe, es aquella que practicamos cuando hemos aprendido a confiar plenamente en Dios y  vivir conforme a la apalabra, viviendo en amor.

Gál 5:6  Gracias a lo que Cristo hizo, ya no importa si estamos circuncidados o no. Lo que sí importa es que confiamos en Cristo, y que esa confianza nos hace amar a los demás.

El sentido  de nuestra vida cristiana es que podamos amar a Dios y a nuestro prójimo.

Gál 5:14  Porque toda la ley de Dios se resume en un solo mandamiento: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo.»

 

El cristiano verdadero tiene un amor profundo por Dios y por su prójimo, especialmente por el pecador, no juzga , ni discrimina, tiene misericordia del que vive en oscuridad y pide a Dios para que ellos puedan tener libertad.

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