sábado, 11 de diciembre de 2021

EL VEREDERO ALIMENTO

 

EL VEREDERO ALIMENTO





Exodo 16:4 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.
16:5 Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.
16:6 Entonces dijeron Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: En la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la tierra de Egipto,

Dios al pueblo de Israel le dio pan del cielo para alimentarlos por cuarenta años, este pan se llamaba mana.

Maná significa ¿Qué es esto? Esta fue la pregunta que hicieron los Israelitas

Éxodo 16:15 Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.

Dios muestra su misericordia y da la cantidad necesaria para cada persona, sin que falte o  sobre, esto nos muestra que Dios sabe lo que necesitamos cada día.

Éxo 16:16  Él ordena que cada uno recoja unos dos kilos por persona. Eso será suficiente para cada uno. Nadie debe recoger más de lo necesario».

 

Éxo 16:17  Los israelitas hicieron lo que Dios había ordenado. Unos recogieron mucho y otros poco;

Éxo 16:18  pero al medirlo, ni le sobró al que recogió mucho, ni le faltó al que recogió poco.

Éxo 16:19  Luego Moisés les dijo: «Nadie debe guardar nada para mañana».

Éxo 16:20  Sin embargo, algunos israelitas no le hicieron caso y guardaron parte de aquel pan para el día siguiente. ¡Pero el pan que guardaron se llenó de gusanos y olía muy mal! Por eso Moisés se enojó mucho con ellos.

Éxo 16:21  Después de esta experiencia, cada uno recogía solamente lo que necesitaba, y lo hacía muy temprano porque con el calor del sol se derretía.

 

Dios nos da a Jesús, el  pan de vida que descendió del cielo, al igual que el maná, para el pueblo de Israel.

Juan 6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

Juan 6:31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.
6:32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
6:33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
6:34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.
6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Jesús al igual que el maná había descendido del cielo, con humildad y santidad. El mana sabia a miel  símbolo de la dulzura de Jesús.

El maná era un alimento que fortalecía y satisfacía la necesidad de un pueblo hambriento por cuarenta años, al igual que lo hace Jesús con aquellos que son su pueblo.

Vamos caminando por este mundo de desierto y de muchas aflicciones; el padre envía a su hijo Jesucristo para que pueda saciar cualquier necesidad que haya en  nuestras vidas.

Aquellos que no pertenecían al pueblo de Israel no les agrado el maná y empezaron a desear otras comidas.

El que no hace parte del pueblo de Dios siempre va a desear otro tipo de alimento, se van a cansar del pan del cielo.

Núm 11:4  Entre los israelitas se había mezclado gente de toda clase,[d] que solo pensaba en comer. Y los israelitas, dejándose llevar por ellos, se pusieron a llorar y a decir: “¡Ojalá tuviéramos carne para comer!

Núm 11:5  ¡Cómo nos viene a la memoria el pescado que comíamos de balde en Egipto! Y también comíamos pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos.

Núm 11:6  Pero ahora nos estamos muriendo de hambre y no se ve otra cosa que maná.”


 Todo aquel que no hace parte del pueblo de Dios siempre buscará saciar sus necesidades con las cosas materiales, las que son agradables a los ojos; pero nunca podrán estar satisfechos, es Jesús quien sacia las necesidades más grandes de nuestra vida.


 EL MANA Y JESÚS

VINO DEL CIELO

El maná vino del cielo para saciar un pueblo hambriento,  Jesús descendió del cielo, para saciar el hambre del pecador hambriento.

Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

VINO DE NOCHE

El maná caía de noche y el pueblo lo recogía cada mañana.

Jesús vino para brillar en la oscuridad de mundo pecador, él es la luz de mundo.

Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.


Todos los días de nuestra vida necesitamos de Jesús, Así como el pueblo recogía diariamente el mana en el desierto, Cada días necesitamos su presencia, su amor consolador, su gracia y perdón.


VINO CON EL ROCIÓ QUE CAÍA DEL CIELO

Éxodo 16:13 Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió rocío en derredor del campamento.
16:14 Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra.

Jesús vino a la tierra bajo el poder del espíritu santo para dar vida.

 Lucas 1:35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.


VINO AL DESIERTO A UN PUEBLO REBELDE


El maná cae en el desierto, un lugar donde faltan  muchas cosas, especialmente las que tanto queremos.

El mana  viene a un pueblo rebelde lleno de incredulidad y murmuración, para sostenerlos y darles vida, el señor viene a un mundo lleno de pecado y rebeldía para dar vida.

Éxo 15:22 

Moisés les ordenó a los israelitas que partieran del Mar Rojo y se internaran en el desierto de Sur. Y los israelitas anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.

Éxo 15:23  Llegaron a Mara,[b] lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudieron apagar su sed allí.

Éxo 15:24  Comenzaron entonces a murmurar en contra de Moisés, y preguntaban: «¿Qué vamos a beber?»

Jesús vino a este mundo desértico donde hay tanta necesidad. Así como el mana vino a un pueblo necesitado Jesús viene al que más este necesitado.

Rom 10:11  Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado.»[d]

Rom 10:12  No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan,


EL MANA SÍMBOLO DE JESUCRISTO NOS MUESTRA QUE


-Debemos sentir la necesidad de alimentarnos de ese maná que es Jesucristo.

Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.


-Debemos humillarnos para recibir ese maná

Así como los israelitas tuvieron que agacharse para recoger ese maná.


-Es  nuestro deber recoger este maná, si queremos alimentarnos y tener vida.


-Cada uno tiene que recoger la cantidad que va a comer, esto nos habla de que no podemos saciarnos con solo ver el maná o ver a otros comer ese maná.

Debemos recibir al señor por fe para poder ser salvos y alimentar nuestra alma.

Juan 6:51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.


-Es nuestro deber recoger este maná con diligencia, temprano, antes que vengan los juicios de Dios sobre la tierra

Éxodo 16:21 Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía.

Isaías 55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.


-Debemos alimentarnos cada día.

No podemos dejar de alimentarnos de Cristo, así como el maná se recogía cada día y no se guardaba,  así debe ser nuestro alimento espiritual.


-No podemos acumular la verdad de Dios para otro día.

Éxodo 16:16 Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.
16:17 Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos;


Así como nuestro cuerpo necesita de alimento fresco cada día, nuestra vida espiritual necesita de Dios y de su palabra todos los días. Para que podamos vivir fuertes en este mundo de caos y dolor.

 

 

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