VENCE LAS DIFICULTADES
Pro 24:10 Quien se rinde ante un problema,
no
demuestra fuerza ni carácter.
Las dificultades
y las pruebas en la vida no las podemos
evitar, tenemos que enfrentarlas con mucho valor.
El
señor Jesucristo nos recordó en su palabra cuando dijo que pasaríamos por momentos de
aflicción.
Jua 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo.
Todos pasamos aflicciones, el problema es que tanta importancia le damos a los problemas y dificultades.
Como cristianos no podemos quedarnos viendo solo el
problema y llenarnos de cobardía como si eso fuera lo más importante en esta
vida, cuando hay muchas cosas por hacer.
El apóstol Pablo fue un hombre que paso por momentos
difíciles, pero no le dio tanta
importancia a lo que pronto pasaría, él sabía que habían otras cosas más
importantes en que gastar el tiempo.
En esta vida debemos preocuparnos más por las cosas
celestiales, que tienen más valor y son las que definirán nuestro futuro.
2Co 4:16 Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestro
cuerpo se va gastando, nuestro espíritu va cobrando más fuerza.
2Co 4:17 Las dificultades que tenemos son pequeñas, y
no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos llenará de la gloria
que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa.
2Co 4:18 Porque nosotros no nos preocupamos por lo que
nos pasa en esta vida, que pronto acabará. Al contrario, nos preocupamos por lo
que nos pasará en la vida que tendremos en el cielo. Ahora no sabemos cómo será
esa vida. Lo que sí sabemos es que será eterna.
VER LAS DIFICULTADES DE MANERA POSITVA
No
podemos quedarnos viendo las dificultades como lo más malo que nos ha sucedido,
debemos ver las dificultades como la oportunidad para ver la gloria de Dios,
fortaleciéndonos cada día.
Dios nos dice en su palabra que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.
Si
hacemos las cosas con las fuerzas nuestras pronto nos daremos por vencidos, pero si se hacen con las fuerzas que nos da Dios saldremos victoriosos.
Flp 4:12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia;
en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener
hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Flp 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Cuando
vienen los momentos de dificultad y creemos
que con nuestras fuerzas vamos a vencer, es porque hay orgullo en nuestro corazón, debemos despojarnos de todo lo que somos, y con humildad reconocer que solo con las
fuerzas de Dios podremos superar cualquier
dificultad.
Para
Dios no hay nada imposible cuando confiamos plenamente en él.
Isa 41:10 Por tanto, no tengan miedo,
pues yo
soy su Dios
y estoy
con ustedes.
Mi mano
victoriosa
les dará
fuerza y ayuda;
mi mano
victoriosa
siempre
les dará su apoyo.
Debemos
reconocer con humildad nuestra incapacidad, solo con las fuerzas de Dios tendremos valor
para levantarnos y enfrentar cualquier adversidad.
2Co 12:6 (6-7) Claro
que hablar bien de mí no sería una locura, porque estaría diciendo la verdad.
Pero no lo voy a hacer, porque no quiero que, sólo por las cosas que hago o
digo, o por las cosas maravillosas que Dios me ha mostrado, alguien piense que
soy más importante de lo que en realidad soy. Por eso, para que no me llene de
orgullo, padezco de algo muy grave. Es como si Satanás me clavara una espina en
el cuerpo para hacerme sufrir.
2Co 12:8 Tres veces le he pedido a Dios que me quite
este sufrimiento,
2Co 12:9 pero Dios me ha contestado: «Mi amor es todo
lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad.» Por eso, prefiero
sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en
mí.
2Co 12:10 Me alegro de ser débil, de ser insultado y
perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues
lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil.
Depender de Dios cada día es la clave para la victoria.
Sal 28:7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
En él
confió mi corazón, y fui ayudado,
Por lo
que se gozó mi corazón,
Y con mi
cántico le alabaré.
Sal 28:8 Jehová es la fortaleza de su pueblo,
Y el
refugio salvador de su ungido.
Dios
conoce nuestro corazón y sabe lo que necesitamos.
VEA LAS DIFICULTADES COMO UNA
OPORTUNIDAD.
Las
dificultades nos enseñan a depender de Dios y cumplir el propósito al cual él nos
ha llamado.
Flp 1:12
Hermanos,
quiero que sepan que las cosas que a mí me han pasado han venido en realidad a
ayudar al anuncio del evangelio.
Flp 1:13 Pues mi prisión ha servido para dar
testimonio público de Cristo a la gente del palacio y a todos los demás.[o]
Flp 1:14 Y al ver que estoy preso, la mayoría de los
hermanos se han animado a anunciar el mensaje, sin miedo y con más confianza en
el Señor.