lunes, 11 de diciembre de 2023

JEHOVA ES NUESTRA FORTALEZA

 

JEHOVA ES NUESTRA FORTALEZA



Salmos 27:1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
27:2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
27:3 Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.
27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
27:5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.
27:6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.

Cuando Dios tiene grandes cosas para nuestra vida, el enemigo nunca se va a quedar tranquilo, él siempre buscara la forma para que los planes de Dios no se cumplan en nuestra vida.

En medio de los ataques del enemigo, no podemos temer a lo que esta ocurriendo en nuestra vida debemos refugiarnos en Dios que es nuestra fortaleza.

Satanás no está contento, el anda como león rugiente buscando a quien devorar, por eso debemos fortalecernos en el señor, y vestirnos con toda la armadura de Dios, para que no estemos vulnerables al enemigo en ningún área emocional o física, y podamos resistir todos sus ataques.

Efesios 6:10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 
6:11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

Cuando nuestra fortaleza esta en Dios, y aprendemos a reconocer que todo lo que somos se lo debemos a él, y que cada cosa que nos sucede tiene un propósito podremos vencer.

2 de corintios 12:7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 
12:8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 
12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Los malignos, los angustiadores siempre se juntaran para tratar de destruirte porque quieren impedir que los planes poderosos de Dios se cumplan en tu vida.

Los malinos se juntan y maquinan toda clase de males para detenerte, para sembrar cizaña y destrucción.

Los angustiadores se levantan para sembrar temor, angustia, desesperación, tristeza, con el fin de aplastarnos para impedir que no veamos la victoria.

Estos angustiadores trabajan a escondidas maquinando, sin lanzar una sola flecha directa, andan lanzando saetas ocultas para destruirnos. Son aquellos que se levantan  hablar mal, a decir que  tú no eres capaz de nada, que nunca saldrás adelante, que todo está perdido, que las cosas no volverán a ser como antes.

Los angustiadores y malignos se juntan y son enviados  por satanás para enviar todo tipo de amenazas, lanzan veneno con el fin de angustiarnos y desesperarnos para destruimos.

Los enemigos se levantan para querer destruirte, devorar tu carne, sus trampas son la mentira y el engaño, ellos aprovechan cualquier momento de debilidad o fracaso para destruirte.

No importa que estemos en una cueva a causa del enemigo, Dios siempre nos dará la victoria como lo hizo con David.

1 de samuel 22:1 Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. 
22:2 Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres. 

1 de Samuel 24:2 Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses. 
24:3 Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva. 
24:4 Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. 

Dios te dice no temas, porque él te protegerá; si tu pones tu confianza en Dios, el té guardara y te dará la victoria.

El te esconderá en su tabernáculo en el día malo, allí en su presencia, el guardara tu vida, nadie podrá destruirte el será tu consuelo, el será tu refugio.

 

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