LOS CELOS Y LA ENVIDIA
Génesis 37. 2 Esta es la historia de la familia de Jacob:
José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus
hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa,
mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.
3 Y
amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su
vejez; y le hizo una túnica de diversos colores.
4 Y
viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le
aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.
5 Y
soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle
más todavía.
6 Y
él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
7 He
aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se
levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se
inclinaban al mío.
8 Le
respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre
nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras
Los celos
son una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una
amenaza hacia algo que considera como propio.
Los celos
comienzan dentro de nosotros, con un pensamiento de que otra persona tiene más
que nosotros, codiciando lo que ellos tienen, y buscamos sabotear a esa persona, alejándola o haciéndole daño.
TENEMOS
CELOS PORQUE
-Empezamos a hacer comparaciones.
Quisiera
tener su talento, su belleza, sus dones, su dinero, su pareja.
-Nos
volvemos personas que solo queremos competir por ser el mejor o tener las mejores
cosas.
-Nos
volvemos personas temerosas a ser desplazadas o a no tener lo que deseamos.
-Somos
personas llenas de pleitos, contiendas, críticas, chismes.
Las
personas celosas por lo general son personas envidiosas.
Las
personas celosas tienen conductas autodestructivas, nunca pueden ser felices; viven llenos de temores, sospechas y engaños; algunos llegan a tener reacciones de ira y violencia que pueden destruir y
causar hasta la muerte.
La historia de José y sus hermanos es
una de las historias más ilustrativas, donde se nos da a conocer el poder de
los celos y envidia en la vida de una persona.
Los celos pueden causar en nuestro corazón
contiendas y grandes conflictos emocionales, que nos llevaran al sufrimiento y a
la insatisfacción.
POR QUE NOS PONEMOS CELOSOS?
Porque tenemos dependencia afectiva, la autoestima baja y hay miedos e inseguridades que nos invaden.
Porque le hemos abierto las puertas al
enemigo, para que satanás entre y dañe nuestras emociones, provoque destrucción
en nuestras vidas y en las personas que nos rodean.
La persona que vive llena de celos esta
manejada por la carne, mas no por el Espíritu.
Gálatas
5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia,
5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías,
5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas;
acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Los
hermanos de José estaban manejando sus emociones de una forma carnal.
Gén 37:20 Ahora sí que le
llegó la hora. Vamos a matarlo y echarlo en una de estas cisternas, y diremos
que lo devoró un animal salvaje. ¡Y a ver en qué terminan sus sueños!
Tenemos celo y envidia
porque nuestra alma no está sujeta a Dios; ponemos la mirada en lo que los
demás tienen, causando amargura y tristeza que nos impedirá ser felices.
Stg 3:13 Si alguno de
ustedes es sabio y entendido, demuéstrelo haciendo el bien y portándose con
humildad.
Stg 3:14 Pero si ustedes lo
hacen todo por envidia o por celos, vivirán tristes y amargados; no tendrán
nada de qué sentirse orgullosos, y faltarán a la verdad.
Stg 3:15 Porque esa
sabiduría no viene de Dios, sino que es de este mundo y del demonio,
Stg 3:16 y produce celos,
peleas, problemas y todo tipo de maldad.
Stg 3:17 En cambio, los que
tienen la sabiduría que viene de Dios, no hacen lo malo; al contrario, buscan
la paz, son obedientes y amables con los demás, se compadecen de los que
sufren, y siempre hacen lo bueno; tratan a todos de la misma manera, y son
verdaderos cristianos.
José tuvo que pasar por mucho
sufrimiento, junto con su padre y todos sus hermanos, por largo tiempo
sufrieron, debido a la incertidumbre porque no sabían lo que le había sucedido
a José.
Nos ponemos celosos debido a que otros
tienen más que lo que tenemos nosotros, sea en cosas materiales o sentimentales; también porque nos sentimos amenazados de perder algo que tenemos.
En el caso de José sus hermanos se
sintieron abandonados, ignorados y menospreciados por su padre. Mientras que José
lo tenía todo, su padre le había regalado una túnica de colores lo cual
demostraba el amor y la preferencia que le tenía su padre.
Gén 37:3 Jacob amaba a José
más que a sus otros hijos, pues había nacido cuando ya era muy anciano. Por eso
le hizo una capa de muchos colores.
CONSECUENCIAS DE LOS CELOS
Los celos provocan una envidia que
carcome nuestros huesos y no nos deja estar en paz.
Proverbios
14:30 El corazón apacible es vida de
la carne;
Mas la envidia es carcoma de los
huesos.
Gén 37:11
Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba en todo esto.
Los celos dañan nuestra fe y nos impiden
recibir las bendiciones que Dios tiene para nosotros.
Los celos provocan ira, desaliento y decepción.
Pro 6:34 Porque los celos
enfurecen al hombre, y no perdonará en el día de la venganza.
Los celos provocan ansiedad y temor en
nuestro corazón, eso fue lo que sintieron los hermanos de José cuando vieron
que su padre lo amaba más que a ellos, y cuando José les conto sus sueños, no
aceptaban la idea de que llegara a gobernar sus vidas.
Gén 37:8 Y le respondieron
sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, o te has de enseñorear sobre
nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y de sus palabras.
Este pecado de celos causa
resentimientos e inconformismo en la persona.
Los celos no nos dejan disfrutar, ni
apreciar lo que tenemos, pues siempre estamos deseando lo de los demás.
Los celos nos llevan a la envidia, la
envidia a la ira, y la ira al temor, esto hace que nos paralicemos y no podamos
ser felices.
Los celos y la envidia provocan depresión
y ansiedad en las personas, debido a la ira y el rencor que sienten.
Los celos y la envidia provocan
enfermedades físicas como insomnio, dolores de cabeza, tensión alta.
Los celos y la envidia nos llevan a
criticar, a tener rencor, amargura y nos aíslan de las personas y los lugares.
Santiago
3:16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra
perversa.
Aunque los celos y la envidia de los
hermanos de José no eran buenos, Dios uso esta clase de pecado para cambiar el
destino de un país y glorificarse en la vida de José y su familia.
Gén 45:4 Entonces dijo José
a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy
José vuestro hermano el que vendisteis para Egipto.
Gén 45:5 Ahora pues, no os
entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; que para preservación de vida
me envió Dios delante de vosotros:
COMO ACTUAR
SI SOMOS VICTIMAS DE LOS CELOS Y LA ENVIDIA
Dejemos todo en las
manos del señor, el estará con nosotros y nos dará fuerzas para enfrentar cada circunstancia.
La envidia y los celos
de los hermanos causaron maltrato a José, Dios lo permitió para hacerlo más
humilde y preservar la vida de toda una nación, Dios cuido de él en los tiempos
de desilusión y soledad.
Dios uso este tiempo de
aflicción para entrenarlo, disciplinarlo y hacer una persona con mucha sabiduría, para gobernar inclusive a aquellos que lo habían lastimado.
COMO VENCER
LOS CELOS Y LA ENVIDIA
-Someta toda su vida a Cristo
deje que el señor gobierne todas sus emociones.
Génesis 39:2 Mas Jehová
estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el
egipcio.
39:3 Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová
lo hacía prosperar en su mano
-Saque de su mente todo
pensamiento negativo de fracaso y
derrota.
-No se afane por tener
las cosas que tanto desea, coloque todo en las manos de Dios, pues él sabe de qué
tenemos necesidad y cuando nos dará las cosas.
-Disfruta lo que tiene,
y sea agradecido con lo que Dios le ha dado hasta el día de hoy.
-Permita que el Espíritu Santo gobierne su vida.
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