LA MISION DE LA IGLESIA

 

LA MISION DE LA IGLESIA

                                            

Mar 16:14  Luego, Jesús se les apareció a los once discípulos mientras ellos comían. Los reprendió por su falta de confianza y por su terquedad; ellos no habían creído a los que lo habían visto resucitado.

Mar 16:15  Jesús les dijo:

«Vayan por todos los países del mundo y anuncien las buenas noticias a todo el mundo.

Mar 16:16  Los que crean en mí y se bauticen, serán salvos. Pero a los que no crean en mí, yo los voy a rechazar.

Mar 16:17  Los que confíen en mí y usen mi nombre podrán hacer cosas maravillosas: Podrán expulsar demonios; podrán hablar idiomas nuevos y extraños;

Mar 16:18  podrán agarrar serpientes o beber algo venenoso, y nada les pasará. Además, pondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán.»

Mar 16:19  Cuando el Señor Jesús terminó de hablar con sus discípulos, Dios lo subió al cielo. Allí, Jesús se sentó en el lugar de honor, al lado derecho de Dios.

 

Mar 16:20  Y los discípulos, por su parte, salieron a anunciar por todas partes las buenas noticias del reino. El Señor Jesús los acompañaba y los ayudaba por medio de señales milagrosas, y así Dios demostraba que los discípulos predicaban el mensaje verdadero. Amén.

 

La misión más importante de la iglesia es predicar el evangelio al perdido, para que sea salvo.

DISCIPULO. Persona que recibe enseñanzas de un maestro.

 EL SEÑOR Jesús dio la instrucción a los apóstoles de ir y hacer discípulos en todas las naciones, esta es la misión de la iglesia.

Mat 28:19  Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Mat 28:20  Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado. Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo.»

 

Un cristiano que no está haciendo discípulos no está cumpliendo con la misión que el señor Jesucristo le encomendó a todos los seguidores.

Como cristianos no podemos conformarnos solamente con venir a La Iglesia cada ocho días, y esperar que Dios nos ayude, nos de dinero, nos sane o cumpla nuestros deseos.

No podemos quedarnos viendo solamente los problemas  o los momentos difíciles que pasamos,  sin hacer la principal obra a la cual el señor Jesús nos llamó,  predicar la palabra.

Predicar el evangelio es una de las palabras más mencionadas en el Nuevo testamento, esta palabra aparece 115 veces.

PREDICAR quiere decir anunciar el evangelio. Anunciar las buenas noticias.

Esto fue lo que hicieron los apóstoles de Jesús.

Hch 5:42  Los seguidores de Jesús iban al templo todos los días, y también se reunían en las casas. Los apóstoles, por su parte, no dejaban de enseñar y de anunciar la buena noticia acerca de Jesús, el rey elegido por Dios.

PEDRO DICE QUE  JESÚS LO MANDO A PREDICAR

Hch 10:42  Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.

Hch 10:43  De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

FELIPE FUE LLAMADO A SER PREDICADOR

 Hch 8:4  Sin embargo, los que habían huido de la ciudad de Jerusalén seguían anunciando las buenas noticias de salvación en los lugares por donde pasaban.

 

Hch 8:5  Felipe fue a la ciudad de Samaria, y allí se puso a hablar acerca de Jesús, el Mesías. Felipe era uno de los siete ayudantes de la iglesia.

Hch 8:6  Toda la gente se reunía para escucharlo con atención y para ver los milagros que hacía.

Hch 8:7  Muchos de los que fueron a verlo tenían espíritus impuros, pero Felipe los expulsaba, y los espíritus salían dando gritos. Además, muchos cojos y paralíticos volvían a caminar.

PABLO FUE CONSTITUIDO COMO PREDICADOR

1Ti 2:7  Dios me envió a dar esta buena noticia a los que no son judíos. Debo enseñarles la verdad y lo que significa confiar en Dios. ¡Les aseguro que no estoy mintiendo, sino que digo la verdad!

2Ti 1:11  Dios me nombró apóstol para anunciar y enseñar a las naciones la buena noticia.

2Ti 1:12  Por eso mismo estoy sufriendo ahora. Pero no me avergüenzo de lo que me pasa, porque yo sé bien en quién he puesto mi confianza. Estoy seguro de que él tiene poder para hacer que la buena noticia se siga anunciando hasta que llegue el fin del mundo.

 

NO DEBEMOS PREDICAR POR  FAMA O RIQUEZAS.

Como discípulos de Cristo no debemos predicar por elogios, por fama o por dinero.

Debemos predicar para que las personas conozcan a Cristo, sean salvas, para bautizar a los creyentes, sanar  a los enfermos libertar a los endemoniados.

La iglesia debe predicar porque es un mandato que Jesús nos dejó, es una orden.

SOMOS LLAMADOS A PREDICAR UN MENSAJE DE SALVACION

Luc 4:18  «El Espíritu de Dios está sobre mí,

porque me eligió y me envió

para dar buenas noticias a los pobres,

para anunciar libertad a los prisioneros,

para devolverles la vista a los ciegos,

para rescatar a los que son maltratados

 

Luc 4:19  y para anunciar a todos que:

“¡Este es el tiempo que Dios eligió

para darnos salvación!”»

El evangelio es la salvación para los males del mundo, es la solución para el pecado del ser humano.

LAS BUENAS NUEVAS

El evangelio son las buenas nuevas de salvación. Esta  salvación fue prometida por los profetas y cumplida en la venida del Mesías.

Rom 1:1  Queridos hermanos de la iglesia en Roma:

 

Yo soy servidor y apóstol de Jesucristo porque Dios me eligió para anunciar las buenas noticias que él tiene para nosotros.

 

Rom 1:2  (2-4) Dios había prometido enviarnos a su Hijo. Así lo habían anunciado sus profetas en la Biblia.

 

Esas buenas noticias nos dicen que su hijo Jesucristo vino al mundo como descendiente del rey David. Jesucristo murió, pero Dios lo resucitó por el poder de su Espíritu, y con eso demostró que Jesucristo es el poderoso Hijo de Dios.

 

LA MISIÓN DE LA IGLESIA ES COMUNICAR EL EVANGELIO DE LA SALVACIÓN CON EL PODER DE DIOS Y EL ESPÍRITU SANTO.

1Co 2:1  Hermanos en Cristo, cuando fui a ustedes, para hablarles de los planes que Dios tenía en secreto, no lo hice con palabras difíciles ni traté de impresionarlos.

1Co 2:2  Al contrario, decidí hablarles sólo de Cristo, y principalmente de su muerte en la cruz.

1Co 2:3  Cuando me acerqué para enseñarles y anunciarles el mensaje, me sentía poco importante y temblaba de miedo.

1Co 2:4  No fui a ustedes como un sabelotodo, ni usé palabras elegantes. Sólo dejé que el Espíritu de Dios mostrara su poder y los convenciera.

1Co 2:5  Y así, ustedes creyeron en Dios, no por medio de la sabiduría humana sino por el poder de Dios.

COMO PREDICAR

Predicar no es hablar por hablar, para predicar hay que llevar una vida en comunión con Dios, una vida que da ejemplo; En oración y estudio de la palabra.

DEBEMOS ESTAR CERCA DE DIOS

Si no hay comunión con Dios no hay resultados eficaces.

Mar 3:14  eligió a doce de ellos para que lo acompañaran siempre y para enviarlos a anunciar las buenas noticias. A esos doce los llamó apóstoles

Mar 3:15  y les dio poder para expulsar de la gente a los demonios.

PREOCUPATE POR APRENDER

2Ti 2:15  Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.

PREOCUPATE POR ORAR

1Ti 2:1  En primer lugar, recomiendo orar por todo el mundo, dando gracias a Dios por todos y pidiéndole que les muestre su bondad y los ayude.

David  Livingstone un Joven misionero Escoces que fue a África oraba; Señor envíame a cualquier lugar, pero ve con migo, coloca una carga sobre mí, pero susténtame. Rompe cualquier vínculo, pero átame a tu servicio de corazón. Dice que en ese momento escucho las palabras de Jesús que decían. He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Mat 28:20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Los primeros apóstoles no recorrieron todo el mundo predicando, empezaron en Jerusalén hasta que el evangelio se extendió por todo el mundo.

Como cristianos debemos empezar a predicar en  nuestra casa y nuestra familia, para que ellos sean salvos, después a donde Dios nos quiera llevar.