jueves, 13 de julio de 2023

HUYENDO A LA CUEVA

 

HUYENDO A LA CUEVA

                                                   


1 de Samuel 22:1 Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él.
22:2 Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.

David estaba pasando por una prueba de abatimiento, no tenía seguridad, no tenía que comer, lo perseguían para matarlo, no tenía ninguna esperanza, estaba solo en una cueva oscura, solo tenía la soberana presencia de Dios que observaba su vida.

142:1 Con mi voz clamaré a Jehová;
Con mi voz pediré a Jehová misericordia.
142:2 Delante de él expondré mi queja;
Delante de él manifestaré mi angustia.
142:3 Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda.
En el camino en que andaba, me escondieron lazo.
142:4 Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer;
No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.
142:5 Clamé a ti, oh Jehová;
Dije: Tú eres mi esperanza,
Y mi porción en la tierra de los vivientes.
142:6 Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido.
Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.
142:7 Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre;
Me rodearán los justos,
Porque tú me serás propicio.

David se sentía tan solo en esa cueva, tan angustiado que lo único que podía decir era señor sálvame.

La cueva de Adulam significa lugar de refugio, solo en ese lugar pudo encontrar seguridad porque la presencia de Dios estaba allí.

Dios había permitido que  David estuviera en esa cueva, Dios quería moldear su vida, llevándolo a un estado de desesperación y angustia para enseñarle a depender de él y mostrarle su poder.

Dios solo quería empezar a transformar su vida y darle un nuevo rumbo.

Cuando es Dios quien permite que vayamos a la cueva,  donde nos sentimos tal vez sin ninguna esperanza,  donde no vemos la salida por ninguna parte;  es porque nos quiere llevar a una vida diferente, ya no volveremos a ser los mismos, nuestra vida será transformada espiritual y materialmente.

Cuando vamos a la cueva pensamos que es el fin,  que no hay salida; pero es el lugar apropiado para empezar un nuevo rumbo, es el lugar donde solo la presencia de Dios es lo único que encontraremos; allí carecemos de todo, nos hace falta compañía, carecemos de toda comodidad; por eso lo único que encontraremos y podremos sentir es la presencia de Dios.

David cuando estaba en la cueva estaba tan solo, lo único que podía hacer era clamar a Dios por ayuda, y Dios le envió a sus familiares aquellos que un día lo criticaron, a todos los oprimidos, los endeudados y los amargados de espíritu

 Estas personas no eran la compañía que David deseaba pero fue lo que Dios permitió que estuvieran  a su lado; Dios quería enseñarle a David a gobernar un pueblo afligido y necesitado; personas que huían de situaciones difíciles, muy parecidas a las que él estaba pasando.

1 de Samuel 22:1 Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él.
22:2 Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.

TRES GRUPOS DE PERSONAS QUE VAN A LA CUEVA

-TODOS LOS OPRIMIDOS.

Son aquella personas que están afligidas,   oprimidas por las aflicciones y dificultades,  que vive en estrés debido a los problemas y circunstancias difíciles.

-LOS ENDEUDADOS

Son aquellas personas que no pueden pagar lo que deben, las deudas nos llevan a la desesperación, por eso muchas veces tenemos que huir y escondernos en una cueva.

-LOS AMARGADOS DE ESPIRITU

Son aquellas personas que su alma esta amargada, aquellos que han sido maltratados, humillados, ellos también corren a esconderse en una cueva.

Dios tenía un plan con David su ungido, lo hizo jefe de estas personas y empezó a dirigir sus vidas, para luego conformar un ejército que más tarde sería el que pelearía las batallas y defendería no solo a David sino también al pueblo de Dios.

Por eso no te preocupes si Dios permite que tengas que huir a una cueva, te aseguro que Dios mismo te sacara, para que sean un líder.

Si pasamos por momentos difíciles lo único que nos queda es poner nuestra confianza en Dios, así como lo hizo David, si queremos llegar a ser reyes, Dios permitirá que pasemos por momentos donde será probada nuestra fe.

Salmo 57 ¡Ten compasión de mí,

Dios mío!

¡Ten compasión de mí,

porque en ti busco protección!

¡Quiero que me protejas

bajo la sombra de tus alas

hasta que pase el peligro!

 

Sal 57:2  (3) Dios altísimo,

te llamo porque siempre me ayudas.

 

Sal 57:3  (4) Tiéndeme la mano desde el cielo,

porque tu amor es constante.

Tiéndeme la mano, Dios mío,

y sálvame de mis enemigos.

 

Sal 57:4  (5) Estoy por el suelo,

rodeado de leones;

rodeado de hombres

que parecen bestias.

En vez de dientes,

tienen lanzas y flechas;

en vez de lengua,

tienen una espada afilada.

 

Sal 57:5  (6) Pero tú, mi Dios,

estás por encima del cielo;

¡eres tan grande

que cubres toda la tierra!

 

Sal 57:6  (7) Esa gente me tendió una trampa

para hacerme caer en ella.

¡Eso me puso muy triste!

Querían que me cayera en ese hoyo,

pero ellos fueron los que cayeron.

 

Sal 57:7  (8) Dios mío,

mi corazón está dispuesto

a cantarte himnos.

 

Sal 57:8  (9) ¡Voy a despertarme!

¡Despertaré al arpa y a la lira!

¡Despertaré al nuevo día!

 

Sal 57:9  (10) Dios mío,

yo te alabaré entre los pueblos,

te cantaré himnos entre las naciones.

 

Sal 57:10  (11) Tan grande y constante es tu amor

que llega hasta los cielos.

 

Sal 57:11  (12) Tú, mi Dios,

sobrepasas los cielos;

¡eres tan grande

que cubres toda la tierra!


Estos hombres vinieron a David en aflicción, con deudas, insatisfechos, pero no permanecieron así. David los convirtió en hombres  valientes, guerreros con un propósito eterno


David era el ungido de Dios para ser el próximo rey de Israel, y se convirtió en el más grande rey terrenal de Israel. Pero así como Dios llamó a David, Dios llamó a estos cuatrocientos hombres a estar junto a David.


En nuestra vida muchas veces Dios permitirá que estemos en una cueva de aflicción porque quiere enseñarnos a ser guerreros  a no tenerle miedo a nada, a enfrentar la vida llenos de confianza en Dios. 

 

 

 

 

 

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