domingo, 29 de noviembre de 2020

LA AMARGURA CONTAMINA

 

LA AMARGURA CONTAMINA




Efesios 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Existen muchos cristianos que se dejan contaminar por el espíritu de amargura, la amargura contamina la vida de la persona, causándole muerte espiritual y material.

El espíritu de amargura viene cuando no sabemos controlar nuestras emociones y deseos, nos dejamos contaminar por el enemigo con deseos y sentimientos engañosos que nos llevan a la destrucción.

Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

Santiago 4:1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
4:2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
4:3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
4:4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Hay actitudes como la codicia, la envidia, los pleitos que engendran amargura en la vida de una persona que no se somete al espíritu santo.

Hechos 8:18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
8:19 diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.
8:20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
8:21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
8:22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón;
8:23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.

El desear con afán lo que otros tienen produce amargura en los corazones, si no se tiene lo que deseamos es porque  nuestro corazón aun no esta preparado para recibirlo.

La persona que se deja contaminar por la amargura solo causa problemas, con sus palabras, y sus acciones.

Palabras que expresen sentimientos de amargura envenena nuestras vidas.

Proverbios 6:12 El hombre malo, el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad de boca;
6:13 Que guiña los ojos, que habla con los pies,
Que hace señas con los dedos.
6:14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo;
Siembra las discordias.
6:15 Por tanto, su calamidad vendrá de repente;
Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.

Hay personas que con sus palabras solo pueden sembrar discordia, mienten y engañan.

Salmos 35:19 No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos,
Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.
35:20 Porque no hablan paz;
Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.

Pro 10:10  El que guiña el ojo hace sufrir, el que reprende con franqueza da tranquilidad.

Guiñar el ojo es hacernos los de la vista gorda, es no confrontar el pecado, ni quererlo corregir, esto trae consecuencias dolorosas

LA AMARGURA SE ESPARCE  RÁPIDAMENTE

La amargura contamina nuestra vida y la vida de quienes nos rodean.

Un poquito de amargura puede envenenar toda una familia, trabajo o iglesia, hasta el punto de debilitarlas.

Lamentaciones 1:4 Las calzadas de Sión tienen luto, porque no hay quien venga a las fiestas solemnes;
Todas sus puertas están asoladas, sus sacerdotes gimen,
Sus vírgenes están afligidas, y ella tiene amargura.

LA AMARGURA IMPIDE LAS BENDICIONES

Se vive llorando porque no tenemos lo que necesitamos, es la amargura la que impide que las bendiciones vengan a nuestra vida.

Actitudes como la codicia, la envidia y los pleitos es lo que vemos a diario, en lugar de preocuparnos por tener un corazón limpio, que sea un instrumento para Dios y las personas que nos rodean.

Los celos y el orgullo crean amargura e impiden el fluir del espíritu santo, y estorban para que nuestra vida pueda ser bendecida.

Santiago 4:7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
4:8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
4:9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
4:10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
4:11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.

DEBEMOS ESTAR MUY ALERTA

La amargura hace que nos volvamos esclavos de pecado, corrompiendo nuestra vida.

Las persona amargadas paga un alto precio,  solo ellos recibirán  las consecuencias, aunque muchas veces ni se de cuenta.

Heb 12:15  Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos;

Sin darnos cuenta  vivimos esclavos de la amargura, permitiendo celos, orgullo, pleitos, codicia,  parece que esta fuera nuestra adoración en lugar de querer vivir para Dios.

Deu 29:18  (17) Por eso les ruego que ninguno de ustedes, sea hombre o mujer, familia o tribu, deje a nuestro Dios para adorar a esos dioses falsos. Quienes lo hagan serán como plantas venenosas, que sólo producen muerte.

La amargura solo produce muerte en todas las áreas de nuestra vida, no importa lo que pase o lo que nos hagan,



no debemos dejarnos contaminar por el enemigo.

Debemos pedirle a Dios que con su espíritu santo, sane nuestro corazón, y podamos perdonar al que nos hace mal.

 

 

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