LA AMARGURA CONTAMINA
Efesios
4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y
toda malicia.
4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Existen
muchos cristianos que se dejan contaminar por el espíritu de amargura, la
amargura contamina la vida de la persona, causándole muerte espiritual y
material.
El
espíritu de amargura viene cuando no sabemos controlar nuestras emociones y deseos,
nos dejamos contaminar por el enemigo con deseos y sentimientos engañosos que
nos llevan a la destrucción.
Hebreos
12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que
brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean
contaminados;
Santiago
4:1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de
vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
4:2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar;
combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
4:3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
4:4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad
contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye
enemigo de Dios.
Hay
actitudes como la codicia, la envidia, los pleitos que engendran amargura en la
vida de una persona que no se somete al espíritu santo.
Hechos
8:18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se
daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
8:19 diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo
impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.
8:20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que
el don de Dios se obtiene con dinero.
8:21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto
delante de Dios.
8:22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea
perdonado el pensamiento de tu corazón;
8:23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
El desear con afán lo que otros tienen produce amargura en los corazones, si no se tiene lo que deseamos es porque nuestro corazón aun no esta preparado para recibirlo.
La
persona que se deja contaminar por la amargura solo causa problemas, con sus
palabras, y sus acciones.
Palabras
que expresen sentimientos de amargura envenena nuestras vidas.
Proverbios
6:12 El hombre malo, el hombre
depravado,
Es el que anda en perversidad de boca;
6:13 Que guiña los ojos, que habla con
los pies,
Que hace señas con los dedos.
6:14 Perversidades hay en su corazón;
anda pensando el mal en todo tiempo;
Siembra las discordias.
6:15 Por tanto, su calamidad vendrá de
repente;
Súbitamente será quebrantado, y no
habrá remedio.
Hay personas que con sus palabras solo pueden
sembrar discordia, mienten y engañan.
Salmos
35:19 No se alegren de mí los que sin
causa son mis enemigos,
Ni los que me aborrecen sin causa
guiñen el ojo.
35:20 Porque no hablan paz;
Y contra los mansos de la tierra
piensan palabras engañosas.
Pro 10:10 El que guiña el ojo hace sufrir, el que
reprende con franqueza da tranquilidad.
Guiñar el ojo es hacernos los de la vista gorda, es
no confrontar el pecado, ni quererlo corregir, esto trae consecuencias
dolorosas
LA AMARGURA SE ESPARCE
RÁPIDAMENTE
La amargura contamina nuestra vida y la vida de
quienes nos rodean.
Un poquito de amargura puede envenenar toda una
familia, trabajo o iglesia, hasta el punto de debilitarlas.
Lamentaciones
1:4 Las calzadas de Sión tienen luto,
porque no hay quien venga a las fiestas solemnes;
Todas sus puertas están asoladas, sus
sacerdotes gimen,
Sus vírgenes están afligidas, y ella
tiene amargura.
LA AMARGURA IMPIDE LAS BENDICIONES
Se vive llorando porque no tenemos lo que
necesitamos, es la amargura la que impide que las bendiciones vengan a nuestra
vida.
Actitudes como la codicia, la envidia y los
pleitos es lo que vemos a diario, en lugar de preocuparnos por tener un corazón
limpio, que sea un instrumento para Dios y las personas que nos rodean.
Los celos y el orgullo crean amargura e impiden
el fluir del espíritu santo, y estorban para que nuestra vida pueda ser
bendecida.
Santiago
4:7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
4:8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos;
y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
4:9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y
vuestro gozo en tristeza.
4:10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
4:11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y
juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la
ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
DEBEMOS ESTAR MUY ALERTA
La amargura hace que nos volvamos esclavos de
pecado, corrompiendo nuestra vida.
Las persona amargadas paga un alto precio, solo ellos recibirán las consecuencias, aunque
muchas veces ni se de cuenta.
Heb 12:15 Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la
gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y
corrompa a muchos;
Sin
darnos cuenta vivimos esclavos de la
amargura, permitiendo celos, orgullo, pleitos, codicia, parece que esta fuera nuestra adoración en
lugar de querer vivir para Dios.
Deu 29:18 (17) Por eso les ruego que ninguno
de ustedes, sea hombre o mujer, familia o tribu, deje a nuestro Dios para
adorar a esos dioses falsos. Quienes lo hagan serán como plantas venenosas, que
sólo producen muerte.
La amargura solo produce muerte en todas las áreas de nuestra vida, no importa lo que pase o lo que nos hagan,
no debemos dejarnos contaminar por el enemigo.
Debemos pedirle a Dios que con su espíritu
santo, sane nuestro corazón, y podamos perdonar al que nos hace mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario