LIBERANDO NUESTRA MENTE
Romanos 1. 2 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este
siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
LA MENTE CRISTIANA
LOS FUNDAMENTOS DEL PENSAR CRISTIANO
QUÉ ES UNA
MENTE RENOVADA?
Es necesario
entender que fuera de Cristo nuestra
mente estaba atada al pecado, es decir que cada pensamiento que fluía en
nuestra mente llevaba en la mayoría de los casos un fin propio y egoísta.
El hecho de
traer incluido el pecado universal, nos hacia actuar en contra de los
principios celestiales. Pero desde el momento que confesamos nuestro pecados y
Jesús nos perdono, desde ese momento comenzó una renovación en nuestra vida,
una renovación en todo sentido y en la cual nuestra mente también iba incluida.
Es ahí en donde podemos decir que una mente renovada es aquella que ha pasado y esta
pasando el proceso de Dios en su vida, en pocas palabras es la mente de una
persona que reconoce su necesidad de Dios por lo cual anhela, ya no tener la
mente llena de pecado de la vida pasada, sino como que anhela tener la mente de
Cristo.
Tener la
mente de Cristo es tratar de ver las cosas como Cristo las vería, es pensar en
tu prójimo y no tan solo en ti, es actuar por fe si antes ver las cosas, es
desechar modelos de pensamientos que dañaran tu relación con Dios.
¿CÓMO ES UNA
MENTE RENOVADA?
A lo mejor y
te estas haciendo esta pregunta, pues acá
te la quiero contestar de una manera sencilla y a la vez te animo a que examines tu
vida y cuestiones lo siguiente: ¿Tendré una mente renovada?.
UNA MENTE RENOVADA ES:
Una mente sin orgullo: La humildad dominara antes que el orgullo. No habrá cabida para el
orgullo pues sale sobrando. En el ámbito espiritual cuando tú te humillas, Dios
te exalta y es algo que una mente renovada reconoce y es por eso que desecha el
orgullo.
Una mente sin prejuicio: Una mente renovada no permitirá que haya cuestionamientos destructivos,
no permitirá que el prejuicio entre en acción. Pues una mente renovada es una
mente sencilla.
Una mente sin negativismo: Para una mente renovada no
habrá derrota pues si realmente esta renovada es porque Cristo Gobierna. En una
mente renovada de una persona no puede caber el negativismo, pues el
negativismo es señal de la necesidad de ser renovado.
Una mente que sabe perdonar (Lucas 23:34): Una de las formas de saber si realmente mi mente ha sido renovada, es
saber qué grado de perdón existe en ella. Pues una vida que no ha aprendido a
perdonar y que por ende recuerda cada cierto tiempo el mal momento que paso y a
la persona que no puede perdonar, es una mente que no ha sido renovada. Pues el
perdón es uno de los frutos de una mente realmente renovada. El mismo
Jesucristo nos da un ejemplo de Perdón al perdonar a aquellos que lo estaban
crucificando. Si realmente amamos a Dios también trataremos de renovar el área
del perdón en nuestra vida.
¿Cómo es una
mente que aún no ha sido renovada?
Bueno citare
rápidamente algunas características que una persona la cual su mente aún no ha
sido renovada tiene:
- Tiene una vida llena de
resentimientos y falta perdón.
- No ve las cosas
espirituales como un objetivo.
- Su pensamiento es
terrenal y no espiritual.
- Se cree inferior a los
demás o acomplejado.
- Es una persona que comete
pecado constantemente y no siente ni el menor deseo de desechar la vida de
pecado que lleva.
- Se preocupa más por
agradar el ojo del hombre que por agradar el ojo Divino.
- Todo el tiempo piensa que
no se lograran las cosas.
- Se deleita en los placeres
de este mundo.
- Tiene “su propio
concepto” de lo que desagrada a Dios y de lo que no.
- Piensa que el servicio a
Dios es para los que no tienen nada que hacer.
- Cree que con el hecho de
asistir a una Iglesia todo está bien, aunque espiritualmente este muerto(a).
- Ve las cosas espirituales
como una imposición.
- Pide y Pide a Dios, pero
no se deleita en El.
- Critica cada culto o
reunión de su Congregación.
- Es una persona pesimista
y no ve nada positivo.
- Es una persona que deja mucho que desear con su testimonio.
¿Cómo renovar nuestra mente?
Aceptando a Jesús como Señor y Salvador. Definitivamente este es el primer paso que tienes que dar pues tu mente
no puede ser renovada si tu corazón aún no ha sido renovado, para esto lo
primero que tienes que hacer es: Confesar con tu boca que Jesús es El Señor y
creer en tu corazón que Dios lo levanto de los muertos. Al realizar esto
automáticamente Jesús Perdona tus pecados por enormes que te parezcan, así es
como actúa Dios e inmediatamente comienza el proceso de renovación en tu vida.
Con esto no te digo que, de un momento para otro, serás totalmente diferente,
no, seria mentirte, sino más bien que comenzó el proceso de Dios en tu vida, en
el cual cada día de tu existir será una oportunidad más para que Dios este
obrando en ti. Lo lindo de todo esto es que Jesús siempre está dispuesto a
ayudarte en lo que necesites. El anhela en ti una mente renovada.
Desechar
todo aquel pensamiento que no coincide con la Palabra de Dios. Si tú sabes que hay pensamientos que en lugar de ministrarte o servirte
de bendición están dañando tu vida, DESECHALOS, tu puedes decir: “Es que
lo intento y no puedo”. La Biblia dice que todo lo que pidiéremos creyéndolo lo
recibiremos. Es hora que dobles rodillas y que
clames a tu Padre Celestial que renueve tu mente y que deseche esos
pensamientos que están dañando tu vida. A lo mejor pensamientos del pasado que
no tienen cabida en tu presente, pues desde que Cristo te perdono eres nueva
criatura y tus pecados fueron echados al fondo de la mar.
Examina que
clase de pensamientos están dando vueltas en tu mente y si tú sabes que son
negativos, deséchalos de una vez por todas. Y si sabes que hay ciertos programas de televisión o cierto sitio en
Internet o en tu Ciudad que te están motivando a tener esos pensamientos
negativos, entonces evítalos. No veas lo que te está dañando, cierra esos sitios de Internet, no frecuentes esos lugares en tu ciudad, pues
si no comienzas a accionar nunca renovaras tu mente.
Adoptar a
nuestra mente la forma de pensar del Señor. Algo que será de gran ayuda para que cada día renueves tu mente es
formar en tu mente el pensar del Señor, es decir que antes de actuar cualquiera
que sea la circunstancia, pregúntate: ¿CÓMO ACTUARIA JESÚS?, y
dependiendo de cuál sería su Respuesta, así también actúa tú. Literalmente se
lee fácil, pero en la práctica se verá si realmente quiere que Jesús renueve tu
mente o quieres seguir esclavizado a una mente vana.
Es hora de
desechar todo pensamiento que nos está orientando a fallar y a fallar, Dios no
quiere que nos acomodemos al pecado, ni mucho menos que seamos esclavos de
pensamientos del enemigo.
Es tiempo
que busquemos la libertad a través de Jesús el único que puede renovar nuestra
mente y hacernos más que victoriosos.
La Transformación Mediante la Renovación de Nuestras
Mentes
Pero hoy, quiero concentrarme en la frase de Romanos 12:2, “mediante la
renovación de vuestra mente”. “Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos
mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es
la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto”. Como cristianos
exaltadores de Cristo, somos completamente inútiles si todo lo que hacemos es
adaptarnos al mundo que nos rodea. Y la clave para no desperdiciar nuestras
vidas con esta clase de éxito y prosperidad, según pablo, es ser transformados:
“no os adaptéis a este mundo, sino transformaos”. Esa palabra, transformación,
es utilizada solo una vez en todos los evangelios, exclusivamente, cuando se
refiere a Jesús en el monte de la transfiguración (el monte de la
transformación— la misma palabra, metemorphõthë): “y se transfiguró
delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se
volvieron blancas como la luz” (Mateo 17:2; Marcos 9:2).
La Libertad de Estar Sujetos a Cristo
Es por esto que la vida cristiana —aunque está totalmente sometida
(Romanos 8:7; 10:3), esclavizada (Romanos 6:19, 22), a la
voluntad de Dios— aparece descrita en el Nuevo Testamento como una vida
radicalmente libre. “Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y
donde está el Espíritu del Señor, hay libertad” (2da a los Corintios
3:17). “Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto,
permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud” (Gálatas
5:1). En Cristo somos libres, porque cuando hacemos de corazón lo que amamos
hacer, somos libres, si aquello que amamos hacer es lo que debemos
hacer. Y ese es el significado de la transformación: cuando somos
transformados en Cristo, amamos hacer aquello que debemos hacer. Eso es
libertad.
El Problema de Nuestras Mentes
Hay muchos que piensan que el único problema de la mente humana es que no
tiene acceso a todo el conocimiento que necesita. Así que la educación se
vuelve el gran instrumento para alcanzar la redención —tanto personal como
social. Si las personas simplemente tuvieran más educación, no utilizarían sus
mentes para inventar estafas elaboradas, y complots terroristas sofisticados, y
complejos esquemas para la malversación, ni manipularían con las muchas
palabras, ni la grosería radial de mentalidad ágil ¡Si solo
tuvieran más educación!
La Biblia hace un análisis más profundo acerca de este problema. En Efesios
4:23 Pablo utiliza una frase impactante para paralelizar Romanos 12:2. Dice: “y
que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente”. Ahora bien, ¿qué
significa para el mundo?: “el espíritu de vuestra mente”. Al menos, significa
que la mente humana no es una sofisticada computadora procesadora de datos que
luego muestra fielmente estos datos al corazón para que éste dé una respuesta
emocional apropiada. La mene tiene un “espíritu”. En otras palabras, nuestras
mentes tienen algo que solemos llamar “mentalidad”. No solo tiene una opinión,
tiene un punto de vista. No solo tiene el poder de percibir y detectar; también
tiene una postura, una conducta, una orientación, una actitud, una inclinación.
“y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente”.
El problema de nuestras mentes no radica simplemente en el hecho de que no
somos infinitos, y por tanto, no tenemos toda la información. El problema es
que nuestras mentes están caídas. Nuestras mentes tienen un espíritu, una
inclinación, una mentalidad que es hostil a la supremacía absoluta de Dios.
Nuestras mentes están inclinadas a no ver a Dios como infinitamente más digno
de alabanza que nosotros, o que las cosas que hacemos o logramos.
Romanos 1:28: “Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios
los entregó a una mente depravada”. Así somos por naturaleza. No queremos ver a
Dios como digno de ser reconocido y atesorado por encima de todas las cosas. Y
usted sabe que esto es cierto acerca de sí por lo poco en que se esfuerza para
conocer a Dios, y por lo mucho que le cuesta a su mente dedicar algo de tiempo
para conocer mejor a Dios. La Biblia dice que hemos cambiado “la gloria del
Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible” (Romanos
1:23). Y la imagen en el espejo es la imagen mortal que más adoramos.
La Relación Entre Los Versículos 1 Y 2
Ese es el problema de nuestras mentes. Este problema muestra la relación
que hay entre los versículos 1 y 2 de Romanos 12. El versículo 1 dice que
debemos presentar nuestros cuerpos—es decir, toda nuestra vida activa— como un
sacrificio vivo, que es nuestro culto racional. De modo que el
objetivo de toda la vida es adorar a Dios. O sea, existimos para utilizar
nuestros cuerpos —toda nuestra vida— para mostrar el valor de Dios y todo lo
que él es para nosotros en Cristo. Ahora sí tiene sentido cuando el versículo 2
dice que para que eso pase, nuestras mentes tienen que ser renovadas ¿Por qué?
Porque por naturaleza, nuestras mentes no son mentes que adoren a Dios. Por
naturaleza son mentes que nos adoran a nosotros mismos. Ese es el espíritu de
nuestras mentes.
Otros Dos Diagnósticos Bíblicos Para El Problema
Ahora, antes de avanzar hacia el remedio y ver cómo encontrar la renovación
de mente que Dios demanda, consideremos otros dos diagnósticos bíblicos para el
problema. Vea la forma en que Pedro describe el problema de nuestras mentes en
1ra de Pedro 1:13-14: “Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción
[…] no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia”.
Hay una ignorancia acerca de Dios —una supresión voluntaria de la verdad de
Dios (Romanos 1:18) — que nos hace esclavos de muchas pasiones y deseos, las que
perderían su poder si conociéramos a Dios como debemos (cf. 1ra a los
Tesalonicenses 4:5): “los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia”.
Pablo llama a estos deseos, “los deseos engañosos” (Efesios 4:22). Estos son
deseos que arruinan la vida, destruyen la adoración, y obtienen su poder y
vitalidad del engaño de nuestras mentes. Hay una clase de conocimiento de Dios
—una renovación de mente— que nos transforma porque nos libera del engaño y del
poder de los deseos extraños.
El otro diagnostico bíblico está en Efesios 4:17-18: “ya no andéis así como
andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, 18
entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por
causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su
corazón”. Aquí Pablo nos lleva más profundo que Pedro. Él penetra por
debajo de la “vanidad de la mente”, del “entenebrecimiento del entendimiento”,
de la “ignorancia” voluntaria, y dice que todo tiene sus raíces en el
“endurecimiento de sus corazones”. Aquí está la enfermedad más profunda, que
infecta todo lo demás. Cuando suprimimos mentalmente la verdad libertadora, lo
hacemos por la dureza de nuestro corazón. Nuestros duros corazones no se
subyugarán a la supremacía de Cristo, y por tanto nuestras mentes ciegas no
podrán ver la supremacía de Cristo (cf. Juan 7:17).
El Espíritu Santo Renueva la Mente
Lo anteriormente expuesto nos trae finalmente al remedio, y nos muestra
cómo podremos obedecer a Romanos 12:2: “transformaos mediante la renovación de
vuestra mente”. Primero, antes de que podamos hacer algo, se requiere una doble
acción del Espíritu. Y luego, nos unimos a él en esas dos. Digo que se
requiere la acción del Espíritu Santo, porque esta palabra: “renovación”, en
Romanos 12:2 es utilizada solo una vez en otro lugar, en toda la Biblia griega,
específicamente en Tito 3:5 donde Pablo dice: “El nos salvó, no por obras de
justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por
medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu
Santo”. Ahí está la palabra “renovación” que ya hemos visto que es tan
necesaria. Y es una renovación por el “Espíritu Santo”. El Espíritu renueva la
mente. Esta renovación es, primero que nada, y decisivamente, una obra del
Espíritu Santo. Dependemos radicalmente de él. Nuestros esfuerzos siguen sus
iniciativas y es el Espíritu quien nos capacita.
La Doble Obra del Espíritu Santo
Ahora bien, ¿cuál es la doble obra que el Espíritu Santo debe realizar en
nosotros para renovar nuestras mentes, a fin de que toda nuestra vida se vuelva
una constante adoración a Dios? 2da a los Corintios 3:18 prepara las
condiciones para la respuesta: “Por tanto, todos nosotros, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria
en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” [RVA] ¿Qué hace
el Espíritu para transformarnos en la imagen del Hijo de Dios, que
glorifica a Dios? El Espíritu nos capacita para contemplar la gloria del
Señor. Es así como se renuevan nuestras mentes —contemplando tenazmente
las glorias de Cristo como realmente son.
Pero para hacernos capaces de contemplar así la gloria de Dios, el Espíritu
debe realizar una doble obra. Debe obrar en dos direcciones: de afuera hacia
adentro y de dentro hacia afuera. De adentro hacia afuera, exponiendo la mente
a la verdad que exalta a Cristo. Es decir, debe llevarnos a escuchar el
evangelio, a leer la Biblia, a estudiar los escritos que exaltan a Cristo y
fueron realizados por grandiosos hombres espirituales, y a meditar en la
perfección de Cristo. Esto es exactamente lo que nuestro gran enemigo no quiere
que hagamos, según 2da a los Corintios 4:4, “el dios de este mundo [Satanás] ha
cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el
resplandor del evangelio de la gloria de Cristo”. Porque ver la gloria de
Cristo por lo que realmente es, dice Pablo, renovará la mente y transformará la
vida y producirá una adoración infinita.
Y el Espíritu debe trabajar de adentro hacia afuera, rompiendo el
endurecido corazón que ciega y corrompe nuestra mente. El Espíritu debe
trabajar de afuera hacia adentro, mediante la verdad exaltadora de Cristo, y de
dentro hacia afuera, abrazando humildemente la verdad. Si solo obrase de afuera
hacia adentro, presentando, a nuestras mentes la verdad exaltadora de Cristo,
pero sin romper nuestro endurecido corazón y haciéndolo humilde, entonces la
verdad sería despreciada y rechazada. Y si solo volviera humilde a nuestro duro
corazón, sin poner frente a nuestras mentes la verdad exaltadora de Cristo, no
habría Cristo que abrazar y no tendría lugar la adoración.
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