sábado, 19 de diciembre de 2020

A DIOS SE LE DA LO MEJOR

 

A DIOS SE LE DA LO MEJOR




Gén 4:3  Pasó el tiempo, y un día Caín le presentó a Dios una ofrenda de los frutos que cultivaba.

Gén 4:4  Por su parte Abel escogió las primeras crías más gordas de sus ovejas, y se las llevó a Dios como ofrenda. Dios recibió con mucho agrado la ofrenda de Abel,

Gén 4:5  pero no recibió con el mismo gusto la ofrenda de Caín. Esto le molestó mucho a Caín, y en su cara se le veía lo enojado que estaba.

Gén 4:6  Entonces Dios le preguntó a Caín: «¿Por qué estás tan triste y enojado?

Gén 4:7  Si haces lo correcto, siempre te aceptaré con agrado, pero si haces lo malo, el pecado está listo para atacarte como un león. ¡No te dejes dominar por él!»

Gén 4:8  Un día, Caín invitó a su hermano. Cuando llegaron al campo, Caín golpeó a su hermano y lo mató.

El pasaje nos dice que después de un tiempo Caín y Abel decidieron traer una ofrenda a Dios. Sin duda que en ambos estaba presente el deseo de reconocer al Señor por los frutos obtenidos de sus trabajos. Caín trajo parte de sus cosechas; pero Abel eligió lo mejor para el Señor.

La actitud de Abel nos enseña dos cosas:

 Un corazón verdaderamente agradecido con el Señor no sólo ofrenda una parte, sino que traerá lo mejor y lo primero para Dios.

La ofrenda en este caso es un símbolo también de la alabanza a Dios y de la entrega de nuestra propia vida. Por eso debemos estar dispuestos a darle a El lo mejor aún de nuestra vida, como una alabanza.

Caín no fue mezquino, sino tal vez algo descuidado... Es probable haya sido un simple compromiso; algo así como una obligación. Por eso no tomó el tiempo de elegir y traer lo mejor a Jehová.

 LA APROBACIÓN DE DIOS

El pasaje nos dice que Dios miró con agradó la ofrenda de Abel; pero no ocurrió lo mismo con la ofrenda de Caín. De ninguna manera debe pensarse que Dios consideró el valor material de lo traído por Abel y lo traído por Caín... Tal vez hasta es posible que lo ofrendado por Caín fuera más valioso materialmente que lo ofrendado por Abel. Pero Dios miró el corazón de ambos hermanos, y vio en Abel una dedicación, una atención, una gratitud que no encontró en Caín... Y ésto es lo verdaderamente importante para Dios: no cuánto ofrendamos, sino cómo; no el valor material sino que sea lo mejor que podamos traer a su altar.

Gén 4:4  Por su parte Abel escogió las primeras crías más gordas de sus ovejas, y se las llevó a Dios como ofrenda. Dios recibió con mucho agrado la ofrenda de Abel,

Gén 4:5  pero no recibió con el mismo gusto la ofrenda de Caín. Esto le molestó mucho a Caín, y en su cara se le veía lo enojado que estaba.

"EL PECADO ESTÁ A LA PUERTA"

Génesis 4: 6 8

El reclamo de Dios trajo enojo y decaimiento en Caín. Dios, como un Padre paciente y tierno, dialoga con él tratando de hacerle comprender que, aunque no se ha agradado con su ofrenda, todavía espera de Caín el bien. Pero también le advierte que si no corrige su error y si no busca el bien, "el pecado está a la puerta"...

-          Hay dos cosas importantes de esta expresión divina:  En primer lugar se desprende que Dios no ha considerado el descuido de Caín como un pecado, sino más bien como un error corregible;  

-          En segundo lugar en esta advertencia Dios deja a Caín la responsabilidad de decidir lo que tiene que hacer,  pero le hace notar que, si bien su actitud al ofrendar  no ha sido considerada un pecado, si no la corrige entonces sí será un pecado, porque Dios ya le ha advertido sobre ella.

Caín, en vez de reconocer su error, se llenó de celos y de soberbia, invita a su hermano a salir al campo y allí, lejos de sus padres, se alza contra él y le mata. El no quiso reconocer y corregir su error y mató a quien él culpaba de su desgracia. 

Muchas veces los hombres culpan a otros de sus angustias y pesares y no reconocen que ellos son los responsables por su falta de humildad para reconocer sus propios errores. Caín fue, en este sentido, un ejemplo... Un mal ejemplo

La hipocresía de negar el pecado y el castigo de Dios

Génesis 4: 9 13

Ahora sí Caín ha pecado... El ha despreciado la comprensión y la ternura divinas y ha matado a su hermano. Cuando Dios le pregunta por Abel, Caín, aún preso en su soberbia, pregunta hipócritamente: "¿Soy yo acaso quien tiene que cuidar a mi hermano?"

Pero nada es posible de ocultar ante Dios, y el Señor dice a Caín que la sangre inocente de Abel clama ante El... Frente a tal afirmación divina, Caín se siente descubierto. Ya no tiene excusas...Y el castigo de Dios es terrible. Debe haber sido tremendo para Caín, que tanto se había dolido por el desagrado de Dios ante su ofrenda, escuchar ahora la voz del Señor diciendo: "Maldito seas tú...Errante y extranjero serás en la tierra" Caín, avergonzado y derrotado por su propio pecado, solo atina a lamentarse...

 

 ABEL: UN BUEN EJEMPLO

Hebreos 11: 4

La actitud de Abel frente a Dios quedó como un notable testimonio. El escritor de la carta a los Hebreos hace en este capítulo una larga lista de hombres que actuaron por fe, y al primero que menciona es a Abel.

La fe es necesaria para ofrendar a Dios lo mejor:

 Sin fe en Dios no entenderemos jamás que todo lo que tenemos es porque El lo provee. Sin fe no podremos llegar a entender que cuando damos lo mejor al Señor sólo estamos haciendo lo que El hace por nosotros, dándonos lo mejor.

 Sin fe no gozaremos dar al Señor lo mejor para agradarle; y la tristeza de un corazón ingrato y mezquino abrirá las puertas al pecado, como sucedió con Caín

Aunque a Abel le costó la vida ofrecer al Señor lo mejor, él lo hizo... Es notable leer al escritor de Hebreos cuando dice: "muerto, aún habla por ella" haciendo referencia a la fe con la que Abel dio lo mejor al Señor.

 Dios no nos exige nada, pero es nuestro deber en agradecimiento, en alabanza, darle lo mejor que tenemos,  con la mejor actitud y sobre todo con humildad para poder reconocer nuestros errores y arrepentirnos.

 

 

 

 

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