EL PERFUME QUE HULE MAL
Eclesiastés
10:1 Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista;
así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable
Salomón
escribe que cuando una persona con una buena reputación, hace cosas tontas o pequeñas
locuras, arruina su imagen, su
reputación, entre la gente que lo conoce,
así como las moscas muertas arruinan el
perfume del perfumista.
Las
cosas más pequeñas, que muchas veces pasan desapercibidas, son las que hacen más
daño.
Las
moscan son animales desagradables que
representan la obra de los demonios, salomón describe que donde estas moscas se
metían era en el aceite de la unción, ellas quedaban atrapadas allí dañando la
fragancia de este perfume.
El
aceite de la unción era usado por los Israelitas en sus fiestas de regocijo, se lo
aplicaban sobre el cuerpo o en una parte,
eran ungidos los huéspedes para manifestar respeto, los que habían sido
apartados para algo específico, sacerdotes, los reyes, también se ungían los enfermos, los utensilios
del templo.
El
aceite de la unción era un símbolo externo de la obra interna del espíritu en
la vida de alguien que había sido escogido o dedicado para algo específico.
Éxodo
30:22 Habló más Jehová a Moisés, diciendo:
30:23 Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela
aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático
doscientos cincuenta,
30:24 de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas
un hin.
30:25 Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el
arte del perfumador, será el aceite de la unción santa.
30:26 Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio,
Como hijos
de Dios somos aroma de Cristo entre los que se salvan, pero para los que no
creen somos aroma de muerte parara los que se pierde.
La
unción del espíritu santo reposa sobre nuestras vidas, es el mejor perfume que
podemos tener.
2Co 2:14 (14-16) Doy
gracias a Dios porque nos hace participar del triunfo de Cristo, y porque nos
permite anunciar por todas partes su mensaje, para que así todos lo reconozcan.
Anunciar la buena noticia es como ir dejando por todas partes el suave aroma de
un perfume. Y nosotros somos ese suave aroma que Cristo ofrece a Dios. Somos
como un perfume que da vida a los que creen en Cristo. Por el contrario, para
los que no creen somos como un olor mortal.
¿Quién es capaz de
cumplir con la tarea que Dios nos ha dejado?
Las moscas muertas
descomponen la vida de un cristiano, en un memento que no nos lo imaginamos,
echando a perder el aceite de la unción.
¿Cuál es el olor que
sale de nuestra vida? El olor a podrido o el olor de esa fragancia de la unción
de Dios, que trae vida a todo lo que toca.
Decisiones imprudentes
en una persona pueden dañar su vida, al punto de echar a perder ese perfume que
adorna la vida de un hijo de Dios.
ALGUNAS
MOSCAS MUERTAS QUE DAÑAN LA IMAGEN DE UNA PERSONA
LA MENTIRA.
Las mentiras son del
Diablo, él es el padre de la mentira, por lo tanto es una obra de la carne que
contamina a la persona.
Colosenses 3:9 No
mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus
hechos,
3:10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va
renovando hasta el conocimiento pleno,
Una pequeña mentira es
una mosca muerta que daña el perfume de una persona.
Es muy difícil volver a
confiar en aquel que es mentiroso.
LA IMPACIENCIA.
En una mosca muerte que
destruye cualquier perfume, daña familias, ministerios, trabajos.
El impaciente lo pierde
todo por no saber esperar, actúa locamente, es impaciente se llena de ira
cuando no logra de inmediato lo que desea.
Hebreos 10:36 porque os
es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios,
obtengáis la promesa.
El impaciente comete
muchos errores por
no saber esperar.
No importa cuanta unción
haya, si se es impaciente siempre habrá
un mal olor.
EL CHISME.
Es otra mosca muerta
que daña las reputaciones de las personas, el chismoso deja mucho que decir,
hay secretos que nunca se deberían contar.
Prove. 16:28 El hombre perverso levanta contienda,
Y el chismoso aparta a los mejores
amigos.
EL ORGULLO
Esta es otra mosca
muerta que hace dar mal olor, destruye en el momento que menos lo espera.
El orgulloso no cree
que tiene mal olor, solo el que está a su lado es quien percibe el olor a
podrido.
El orgullo aunque
parece que no se tiene, es una pequeña locura, que se manifiesta sobre todo cuando no nos gusta algo o cuando las cosas no nos
salen como nos gustan.
Pro 18:12 Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad.
Pro 8:13 Quien teme al SEÑOR aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso.
Prov.16:28 El hombre perverso levanta contienda,
Y el chismoso aparta a los mejores
amigos.
LA IRA Como seres humanos es normal que tengamos esa emoción, pero es muy peligroso cuando dejamos que la ira nos controle.
Podemos tener atributos muy buenos, pero si no sabemos controlar la ira, lo perderemos todo.
Efe 4:26 Airaos , pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
Pequeñas tonterías que
no las vemos como pecados grandes, son las que echan a perder nuestras vidas.
Necedades que por falta
de sabiduría acaba con la imagen de una persona.
Necesitamos ser sabios
para hacer lo bueno, y lo que agrada a Dios; que nuestra actitud y nuestro
comportamiento ante las dificultades o
las diferentes circunstancias que se nos presentan en la vida, sean las mejores, que reflejen la imagen de Dios.
Ecl 10:1 La mejor sopa se
echa a perder si le cae una mosca. La menor tontería echa a perder tu fama de
sabio.
Ecl 10:2 El sabio siempre
piensa en hacer lo bueno; el tonto sólo piensa en hacer lo malo.
Ecl 10:3 Tiene el tonto tan
poco cerebro que sin abrir la boca anuncia su tontería.
Ecl 10:4 Si el gobernante se
enoja contigo, no renuncies a tu cargo. Para los grandes errores, un gran
remedio: la paciencia.
Desechamos una comida
cuando vemos que hay una mosca, ojalá pudiéramos desechar esas pequeñas moscas
que están en nuestra vida, dañando ese perfume que Cristo ha colocado en
nosotros.
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