JESÚS CALMA NUESTRAS TEMPESTADES
Mateo
8:23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
8:24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas
cubrían la barca; pero él dormía.
8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos,
que perecemos!
8:26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?
Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande
bonanza.
8:27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los
vientos y el mar le obedecen?
Si
somos hijos de Dios estamos en la misma barca donde va Jesús.
Muchas
veces creemos que en esa barca no habrá momentos difíciles, pero Dios permitirá
que se levanten tormentas mientras estamos en esa barca, tormentas que probarán nuestra fe, y mostraran la gloria de Dios en nuestras vidas.
Nos
sentimos tan confiados cuando vamos con Jesús que nunca esperamos lo
inesperado, una gran tormenta amenaza nuestras vidas.
Las
pruebas aparecen de manera súbita, azotando nuestra vida de una forma violenta y aunque tengamos a Jesús llegamos a pensar que estamos solos y que Jesucristo está muy lejos de nosotros.
Estamos
tan felices con lo que tenemos una buena casa, buena salud, familia, dinero, buen
trabajo y a Cristo, pero nunca esperamos que una tormenta amenace nuestras
vidas, es ahí donde sentimos miedo y corremos donde Jesús, buscándolo
desesperadamente para pedir que nos salve.
Estos
apóstoles estaban acostumbrados al mar, sabían de tempestades, pero esta tempestad se les
había salido de las manos, no pudieron hacer nada, se sintieron incapaces, con
miedo corrieron a buscar a Jesús.
Mateo
8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos,
que perecemos!
Dios
permite los momentos difíciles, las pruebas en nuestra vida con un propósito.
-Mostrar
que él es nuestro soberano señor y que él tiene el control de todas las cosas.
-fortalecer
nuestra fe
1 de
pedro1:6 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo,
si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,
1:7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el
cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y
honra cuando sea manifestado Jesucristo,
-Él es
nuestra salvación y lo único seguro que tenemos en nuestra vida.
EN MEDIO DE LA TEMPESTAD DIOS BUSCA QUE
Tengamos
descanso y calma, Jesús en medio de la tempestad dormía, tenía paz porque él
sabía que todo estaría bien.
Cuando las olas azotaban la
nave y parecía que se anegaba Jesús
descansaba.
Luc 8:23 y mientras cruzaban el lago, Jesús se quedó
dormido. De pronto se desató una fuerte tormenta de viento sobre el lago; la
barca se llenaba de agua y corrían peligro de hundirse.
Dios
quiere que en medio de una gran tormenta tu puedas tener paz y una completa
calma.
Éxo 14:13 (13-14)
Moisés les respondió:
—¡Tranquilos,
no tengan miedo! Ustedes no se preocupen, que van a ver cómo nuestro Dios los
va a salvar. A esos egipcios que hoy ven, no volverán a verlos nunca más,
porque Dios peleará por ustedes.
-Fortalecer nuestra vida para poder atravesar cualquier prueba, y
consolar a otros.
2Co 1:3
¡Demos
gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Él es un Padre bueno y
amoroso, y siempre nos ayuda.
2Co 1:4 Cuando tenemos dificultades, o cuando
sufrimos, Dios nos ayuda para que podamos ayudar a los que sufren o tienen
problemas.
2Co 1:5 Nosotros sufrimos mucho, así como Cristo
sufrió. Pero también, por medio de él, Dios nos consuela.
-Que dejemos de confiar en nuestras propias fuerzas y confiemos solo
en Dios.
2Co 1:8 Hermanos en Cristo, queremos que conozcan los
problemas y sufrimientos que tuvimos en la provincia de Asia. Fueron tan
tremendos que casi no pudimos soportarlos, y hasta creímos que íbamos a morir.
2Co 1:9 En realidad, nos sentíamos como los
condenados a muerte. Pero eso nos ayudó a confiar en Dios, que puede hacer que
los muertos vuelvan a la vida, y no a confiar en nosotros mismos.
2Co 1:10 Dios nos protegió de grandes peligros de muerte,
y confiamos en que él nos seguirá cuidando y protegiendo.
Démosle gracias Dios cada día por lo que tenemos, por lo que él nos permite vivir, es por su misericordia que estamos en pie.
Si en algún momento la tempestad toca tu vida no te desesperes, confía ahí también está Jesús, él sabe lo que hace y aunque no nos guste y las olas nos golpeen fuertemente nos dará la victoria.
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